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Mariluz Graña, una excepción en veterinaria: «Estou contratada en plantilla ao cargo de 1.500 vacas»

Uxía Carrera Fernández
UXÍA CARRERA LUGO / LA VOZ

GANADERÍA

Mariluz Graña trabaja para el Grupo Reigada
Mariluz Graña trabaja para el Grupo Reigada ALBERTO LÓPEZ

La lucense de 32 años es una de las pocas profesionales de Galicia que trabaja para un ganadero en exclusiva

29 ene 2023 . Actualizado a las 09:55 h.

El bienestar animal se volvió un elemento primario en las granjas para aumentar la producción. Aunque el trabajo de los veterinarios fue un reclamo constante, algunas explotaciones gallegas -las más grandes- ya contratan un profesional en exclusiva para ellas. Una de las pocas que trabaja en plantilla es la veterinaria de Pol Mariluz Graña. «Xestiono tres granxas de un gandeiro con 1.500 vacas».

La lucense de 32 años trabaja en la zona de Meira. Se graduó hace seis años en la Facultad de Veterinaria de Lugo y al acabar la carrera le tocó «buscarse a vida». Durante dos años trabajó en servicios de sustitución de explotaciones ganaderas: «Collíate xente que quería ter días, tiña baixas, vacacións... para cubrir ocos».

Después, la contrataron en una clínica en Tapia de Casariego. Graña explica que este tipo de empresas, las agrupaciones de defensa sanitaria ganadera o las cooperativas son los tres tipos de entidades en las que trabajan la mayoría de los veterinarios.

Cuando uno se incorpora a cualquiera de ellos, es determinante si uno de los veterinarios «tutela» y ayuda a los nuevos graduados. «Sales da carreira case sen saber nada, ata que non traballas non aprendes de verdade», explica. En su caso, le fueron encargando poco a poco diferentes casos, tanto clínicos como también de reproducción, además de algunas cirugías. «Vante metendo en casos e vas collendo soltura». Cuando Graña controlaba lo básico, la llamaron del Grupo Reigada para hacerse cargo de todas sus cabezas, dedicadas a la producción de leche. «Os que traballamos así somos moi poucos», asegura.

La oportunidad también surgió para la lucense porque actualmente son muy pocos los veterinarios que quieran trabajar con vacas, en el rural, y, especialmente, en las zonas de montaña. Sin embargo, la polense siempre tuvo claro su dedicación, en parte porque ya conocía el trato con los animales grandes al tener vacas en casa, y porque siempre sintió la vocación.

La ganadería en la que Mariluz es veterinaria técnica sanitaria tiene 1.500 vacas, de las que está a cargo la lucense. Es una empleada más y por tanto, explica, también decisiva en sacar una rentabilidad. «Ao traballar con vacas non curas animais só por beneficio económico, coma as mascotas, senón que sacas rendibilidade do que acaba sendo o alimento da xente». Graña está también especializada con un Máster en Producción de Leite y un curso de nutrición.

Ser una profesional más de la plantilla se da en casos puntuales de SAT o ganaderos con explotaciones muy numerosas. Otro ejemplo es Prolesa SAT, en Sarria, con más de 700 cabezas y un veterinario exclusivo, que también es gerente de la granja.

«É mellor gañar en seguros de accidentes ou condicións que en salario»

Estar a cargo de 1.500 vacas es un trabajo con mucha responsabilidad para el que Mariluz Graña se curtió en el terreno. Ahora, asegura estar contenta con su labor y también con las condiciones. Al estar sola, se organiza con total flexibilidad, algo que también aprendió con el tiempo. «Ando por libre e por iso non miro nin as horas que traballo», asegura. Va todos los días a las explotaciones pero ella misma gestiona la carga de trabajo, tanto de clínica como de reproducción. Si un día necesita faltar, o un fin de semana, no pasa nada ya que reorganiza las tareas o, si es necesario, llama a otra persona.

Esto quita que atender a animales grandes no sea un «trabajo duro», sobre todo físicamente. «En inverno non podes evitar o frío e en verán tampouco o calor. Ademáis de que require forza». Pese a estar al cargo de más de 1.000 cabezas, la veterinaria nunca ha tenido ningún accidente ni ningún susto.

Por los factores de riesgo, y también por los pocos profesionales que hay, se trata de un trabajo mucho mejor pagado que el de animales de compañía. «Nos primeiros traballos empezas con 1.000 euros, despois mellora». Aun así, Graña defiende que, más que en salario, es más importante negociar mejores seguros de accidentes u otras ventajas en condiciones para una mayor calidad de vida.