Cubata sí, café no: las terrazas de A Coruña se aproximan al modelo de hostelería que divide Madrid

VIVIR A CORUÑA

EDUARDO PEREZ

Hay unanimidad en el sector: «Cada vez se va a cobrar más por todo». Para evitar poner cafés a precios que muchos clientes consideran abusivos, algunos empresarios los eliminan de la carta o se decantan por servir solo bebidas alcoholicas

28 nov 2023 . Actualizado a las 17:20 h.

El sector de la hostelería lleva años dividiendo a los madrileños. Si en la pandemia se convirtió en pilar fundamental de la campaña de Isabel Díaz Ayuso, relajando las restricciones de los bares y restaurantes mientras otras comunidades los mantenían cerrados a cal y canto, ahora otra polémica planea sobre estos locales. Cada vez son más los establecimientos del centro de la capital que toman decisiones controvertidas, como cobrar un importe mínimo a los clientes, servir solo consumiciones con alcohol a partir de una hora determinada o eliminar el café de su oferta en pro de bebidas más caras. Según indican profesionales de A Coruña en este terreno, se trata de un modelo que quizás no tarde en llegar a la ciudad. Algunos piensan que va a implantarse con carácter inminente, mientras otros creen que solo se adoptarán algunas de estas medidas. Con todo, hay una cosa clara: «El precio de las bebidas va a seguir subiendo».

Héctor Cañete, presidente de la Asociación Provincial de la Hostelería de A Coruña, indica que no tiene conocimiento de que en la ciudad ya haya locales que limitan las consumiciones a bebidas exclusivamente con alcohol, pero cree que «el incremento de la tasa de terrazas y el aumento del coste de la cesta de la compra repercutirá en lo que pague finalmente el cliente. El precio de un café no llega para cubrir el servicio que se ofrece en una terraza; no es que los bares no quieran servir cafés, sino que como el importe es muy bajo, que se ocupe la mesa de una terraza con dos cafés por 1,50 euros no le compensa al hostelero».

La ordenanza reguladora de la tasa de terrazas llevaba sin actualizar en A Coruña desde el 2013 y sufrirá un importante crecimiento, del 240 % en el caso de pagarse anualmente y de un 200 % cuando solo se hace de abril a septiembre. El primero sube de 25 a 60 euros por metro cuadrado y el segundo, de 15 a 30 euros. Además, aquellos locales que presenten una terraza cerrada o que estén localizados en zonas de estacionamiento pasarán a aplicar el 1,20 de coeficiente, un 20 % menos que en la anterior ordenanza.

En esta línea se manifiesta Antón Sáez. El presidente de la Asociación de Hosteleros de la Marina cree que los incrementos salariales a los trabajadores y la subida de las materias primas obligan a elevar los precios. «Lo que ocurre es que hay productos como el café que está mal visto que de repente pasen a costar 2.50 euros, y los clientes te pueden dejar una crítica en Google que te mata; pero lo cierto es que como un café es insostenible por 1,30 euros, hay que buscar alternativas como las que están implementando algunos establecimientos en Madrid».

Así, añade, «ya hay muchos locales [Le Tavernier, sin ir más lejos, propiedad de este hostelero] que han dejado de tener cafetera y así ya no hay conflicto. Al principio muchos clientes no lo entendían, pero esto cada vez está más extendido. Hay que tener en cuenta que suele tratarse de locales que facturan muy pocas horas, y no les compensa que las mesas estén ocupadas una hora y media por tres cafés; estas cosas no se hacen por capricho». 

Por otro lado, Sáez comenta que sí existen ya locales en A Coruña donde antes podías tomarte unas cañas al caer la tarde y, ahora, cuando llega una hora determinada solo te dejan sentarte si vas a cenar. «Es para asegurarse un tique mínimo, se parece a la medida de esos locales de Madrid que te piden por adelantado un pago mínimo». «Es una realidad que la hostelería se dirige a ser mucho más cara, sobre todo porque los locales empezarán a especializarse en pocos años».

Luis Diz, gerente del grupo Pelícano, que gestiona, entre otros, Soho Café y Oceánico, dice que no comparte la idea de «obligar a la gente a tomar depende qué cosas, pero es cierto que si no te salen los números hay que adaptar el precio de venta a esas casuísticas, y el alcohol ha subido y seguirá subiendo a partir del 1 de enero. Unos podrán aguantar sin subir los precios, pero a otros sus costes operativos no se lo permiten».