Ocho maneras de decir que va a llover

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XOAN A. SOLER

Hay que aferrarse al refrán porque a estas alturas uno ya no sabe si va a escampar. Pero además de una lección de resistencia frente al agua, también está siendo una clase de gramática, porque no me digan que no estamos aprendiendo términos nuevos

13 nov 2023 . Actualizado a las 05:00 h.

Hagan memoria, hace tiempo que no llueve de forma anónima. O bien la lluvia es de la familia de los trenes de borrascas, de los ríos atmosféricos o de las danas de toda la vida. Bueno, de toda la vida no, porque estos términos hace unos años no se usaban. Y llover, llovía, aunque igual no así, porque llevamos una racha...

Pero la introducción de nuevos términos tiene una explicación. «Los modelos se han sofisticado muchísimo, la observación atmosférica también, lo que nos permite ser bastante precisos. Que una borrasca se profundice más de 20 o 24 milibares en un día es un dato que hace años no era tan fácil de calcular. Ahora el planeta está muy bien monitorizado, los modelos están muy ajustados, y somos capaces de prever este tipo de situaciones, que le dan un valor añadido a la información», explica Juan Taboada, de MeteoGalicia. Gracias a la tecnología ahora nos hemos familiarizado con los ríos atmosféricos, con las danas o con los ciclones bomba, que vienen a ser un fenómeno similar a la ciclogénesis explosiva, un término que descubrimos cuando Klaus arrasó Galicia allá por el 2009. Un episodio que los millennials tenemos grabado tan a fuego como la generación X el huracán Hortensia.

Lo cierto es que decir solo que llueve es muy simple, porque no siempre llueve igual. Hay características que definen el agua que cae del cielo. «Por su intensidad puede ser débil, nuestro orballo, o más intensa, incluso torrencial; si atendemos a la variación temporal, puede ser persistente, intermitente u ocasional, y en función de su característica espacial puede ser aislada, si solo afecta al oeste de A Coruña, o generalizada», indica Juan. Con la lluvia aún nos vamos manejando, como buenos gallegos, pero hay otros términos de fenómenos que parecen caídos del cielo. «Ciclogénesis explosiva antes no se usaba tanto, pero río atmosférico en absoluto», apunta el meteorólogo, que a continuación nos va a ayudar a comprender algunos de los términos que se han colado en nuestro vocabulario. Porque a estas alturas, cuando estamos en el temporal número 27, por decir un número, de la temporada... Ya estamos tardando.

 Borrasca

«Es un centro de bajas presiones que está situado en las latitudes medias». La presión normal de la atmósfera es de 1.012 milibares, pero la Tierra siempre está en desequilibrio, porque las zonas ecuatoriales reciben más radiación que las polares, digamos que hay áreas donde hay más presión que otras, y necesita equilibrarse. «Donde nosotros vivimos, en las latitudes medias, cuando hay una zona que tiene una presión circular por debajo de 1.012 le llamamos borrasca», indica el meteorólogo Juan Taboada. Es difícil que se prolonguen más de tres días, pero puede pasar, aunque no es como un anticiclón que puede asentarse hasta diez días seguidos.

 Dana

Es el acrónimo de «depresión aislada en niveles altos». Normalmente, según explica Juan, el aire frío está más al norte, el cálido más al sur, y la corriente que los separa no sigue los paralelos, sino que se va ondulando, y a veces estrangula zonas de aire frío, que se desprenden y quedan rodeadas de aire más cálido a más de 5.000 metros de altura. Esto no tiene una correspondencia en superficie, no vas a ver ni una borrasca ni bajas presiones, pero sí tienes aire frío en altura. Cuando el aire de abajo se calienta, y empieza a subir, se encuentra con el frío y se condensa la humedad. «Lo peligroso de las danas es que pueden dejar fenómenos de lluvia muy fuerte, de tipo tormentoso», indica.

 Ciclogénesis explosiva

Últimamente, hemos leído y escuchado «ciclón bomba», pero no es un término que se utilice aquí, señala Juan, sino que es un préstamo lingüístico del inglés —en Estados Unidos lo llaman «bombogénesis»—, y es equivalente a nuestra ciclogénesis explosiva. «Supongo que cuando hablamos de una bomba lo que estamos diciendo es que una ciclogénesis explosiva», dice Juan, que apunta que siguiendo la meteorología más ortodoxa en España incluso habría que decir «desarrollo explosivo de una borrasca». Se caracteriza por ser una borrasca que pierde presión en su centro de forma muy rápida. Más de 24 milibares en 24 horas.

 Tren de borrascas

Podemos intuirlo solo por el nombre, pero para ser más precisos, «es una situación que se da cuando esa corriente en chorro va formando borrascas en diferentes lugares del Atlántico, y como se desplazan de oeste a este, desde mar hacia tierra, nos van afectando de manera sucesiva», explica Juan Taboada.

 Frente

Está asociado a las borrascas. «Digamos que nuestras borrascas cogen su energía del encuentro de una masa de aire frío de origen polar y de una masa de aire más cálido de origen subtropical —explica Juan—. Cuando se mezclan, las fronteras entre ambas masas se llaman sistemas frontales. Ahí es donde hay más diferencia de presión, porque hay diferencia de temperatura, más inestabilidad, y por tanto, donde se puede dar más precipitación», señala. Si el frente es frío, después de llover, baja la temperatura, y si es cálido, al revés. El cálido suele traer lluvia más débil y continuada, mientras que en el frío es más fuerte y no suele durar tanto tiempo.

 Temporal

A pesar de todo lo que usamos esta palabra, Juan señala que no tiene una definición muy estricta. Explica que en meteorología existen unos límites a partir de los cuales se emiten unos determinados avisos. Cuando los vientos y las lluvias van a superar unas determinadas intensidades, se activan los avisos, que pueden ser amarillos, naranjas o rojos. «Cuando esos avisos están activos, son bastante generalizados, se prolongan durante bastantes horas, abarcan un área geográfica grande, podemos hablar de temporal. Si solo hay uno amarillo en una zona concreta del litoral, no», explica.

 Río atmosférico

Es una formación filiforme, «como una banda», y por la configuración atmosférica, explica el meteorólogo, por ejemplo, si hay una borrasca muy pronunciada al norte y un anticiclón al sur, se forma un corredor que transporta humedad desde zonas muy alejadas. «El origen del río suele estar en zonas tropicales, donde el agua está muy cálida, y suele haber más evaporación, esto lo que hace es darle un aporte extra de humedad a una borrasca, y produce más precipitación», indica.

 Chubascos

«Son las lluvias de tipo intermitente, pero que alcanzan una intensidad moderada», apunta el meteorólogo, que añade que cuando decimos que «hoy va a haber chubascos», no estamos diciendo que la lluvia vaya a ser continua, pero sí que cuando llueva lo puede hacer con fuerza, incluso a veces pueden ser de carácter tormentoso y localmente acompañados de granizo.