Irene, ingeniera textil: «Fue tan difícil alquilar piso en Galicia que Inditex me tuvo que pagar el hotel»

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La multinacional ofrece dos semanas de alojamiento en hoteles mientras que sus trabajadores buscan vivienda. A Irene la estancia se le quedó corta, tuvo que bajar el presupuesto porque no encontraba nada: «Al final me conformé con un piso de una habitación por 650 euros al mes»

12 oct 2023 . Actualizado a las 12:24 h.

Pocos son los jóvenes que pueden afrontar todas las condiciones que piden las inmobiliarias y los dueños de los pisos para alquilar. «Actualmente no encuentras casi nada por menos de 600 euros al mes», explica Irene, una joven de Barcelona de 25 años que llegó hace unos meses a A Coruña. Inditex busca a diario personal en tiendas, oficinas, almacenes y demás.

«Todos los días se contrata a alguien nuevo de todas partes de España, lo que equivale a que cada día haya alguien alerta buscando algún chollo inmobiliario, o algo que se amolde medianamente a lo que puede pagar», apunta Irene. La joven ingeniera textil atravesó toda la Península para dedicarse a lo que más le gusta, a la creación de moda. Por eso, cuenta que no dudó en aceptar el puesto en la sede de Inditex, situada en el polígono de Sabón (Arteixo).

Adaptar el presupuesto

La multinacional es consciente de la dificultad que hay en estos momentos para encontrar alojamiento, por lo que ofrece estancia en hoteles durante dos semanas hasta que sus empleados encuentren habitación. Irene se quedó alojada en un hotel de A Coruña esos 15 días que le ofrecían. Y fue en las últimas horas de estancia cuando por fin encontró piso. «Yo no sabía que iba a ser tan complicado, me esperé a llegar a A Coruña para buscar casa, porque quería visitarlas en persona.

Menos mal que una amiga que era de aquí me advirtió de que si veía uno que me gustara, no me anduviese con rodeos y lo cogiera en cuanto pudiera, antes de que se me adelantaran», explica la joven. Después de visitar tres apartamentos, al cuarto encontró uno que «no estaba mal». Cuenta que tampoco es que fuera amor a primera vista, pero, según dice, era céntrico y reformado.

«La verdad es que mi presupuesto cuando llegué era bastante más bajo, en el que estoy ahora son 650 euros al mes por una habitación, pero en cuanto vi cómo estaba la situación, supe que no me podía poner exigente», añade. Eso sí, Irene tuvo que esperar una semana para instalarse hasta que se marcharan los anteriores inquilinos. «Se me terminaba la estancia en el hotel, pero menos mal que pude irme a casa de una amiga a dormir durante unos días», dice aliviada. Sus compañeras no tuvieron tanta suerte: «Muchos de los pisos que fueron a visitar volaban antes de que les diera tiempo a pensarlo».

Según Irene, es mucho más difícil encontrar piso en Galicia que en Barcelona. «Allí hay muchas más opciones. Sí que es verdad que si quieres un precio razonable, te tienes que conformar con un piso compartido y cutre, pero hay mucha más oferta allí que aquí. Jamás me habría imaginado que encontrar un piso decente iba a ser tan complicado, aunque en Galicia sea más barato, no hay apenas dónde elegir», concluye.