¿Hasta dónde llega la mítica cueva del Rei Cintolo?

YES

YOLANDA GARCÍA

Tras haberse logrado topografiar casi 8.500 metros en esta joya palentológica y geológica de Mondoñedo, la más grande de Galicia, el reto está ahora en conseguir llegar a los 11.000

15 dic 2023 . Actualizado a las 16:27 h.

Me cuenta Marcos Vaqueiro, director del proyecto Rei Cintolo: obxectivo 11.000 m. Topografiando a cova máis grande de Galicia, que una vez escuchó decir sobre Rei Cintolo: «Es una cueva muy gallega, porque no se sabe si va o viene». Laberíntica y misteriosa, atrapa por su silencio sepulcral y una belleza sin igual en un terreno aparentemente inhóspito. Ella me recibe amable, quizás porque soy Virgo, signo de Tierra. No tengo explicación para esta sensación, como «en casa». Quizás fui un gusano en mi vida anterior. Si no fuera porque en la entrada pone «Cova Rei Cintolo» diría que me han metido en un escape room. Ya dentro, lo desconocido, oscuro, extraordinario e increíble se manifiesta. Una parte de ese mundo maravilloso puede conocerse en la ruta turística y habitual, por la galería central. Otra senda, por ser suave en la definición, desciende al curso subterráneo de la cueva. Alcanza el río Celtas que, como se dice en gallego, «brúa» como queriendo comunicarse conmigo: «Usted está aquí». Hipnotiza el murmullo del agua pura y cristalina, buscando salida. 

Proyecto 11.000 metros

Como dice Yolanda Díaz, «le voy a dar un dato». En este proyecto se han topografiado 8.415 metros, involucrando este año a varios clubs gallegos como Cetra (C. E. A Trapa), E. C. Rei Cintolo, C. Peña Trevinca, G. E. Lugo, E. C. Aradelas y G. E. Flash de Madrid, con colaboración de Concello de Mondoñedo, Federación Galega de Espeleoloxía, Universidade de Vigo e Instituto Universitario de Xeoloxía da Universidade de A Coruña, a través de Aurora Grandal y Jorge Sanjurjo. A algunos de los que bajan a tales profundidades mientras el resto estamos viendo Netflix ya les pongo cara. Me familiarizo tanto que digo chascarrillos de más y ya no sé si me estará afectando bajar 58 metros desde la entrada (unos 19 pisos de altura). Tres horas en el corazón de la Tierra, sin ver la luz del sol, se me pasaron en un abrir y cerrar de ojos y me sirvieron para aplaudir el esfuerzo y altruismo de cada expedición, sumando el equipo casi 40 sesiones de trabajo, más de 3.800 horas y 44 deportistas entregados a la causa: buscar un modelo útil de gestión y conservación de la cueva. «Sempre digo en broma —señala Vaqueiro— que dixemos que o faciamos gratis ata 11.000. A partir do 11.001 metros empezamos a cobrar. Facemos isto no noso tempo libre». Confirma que Rei Cintolo es «especial»: «Realmente comezamos o proxecto como parte das prácticas dun taller de topografía espeleolóxica orientado a construír modelos dixitais das covas. No 2018 dixemos de facer, como divertimento, un cacho de Rei Cintolo. E dende aquela démoslle un tirón, facendo o modelo 3D de todo o nivel turístico na ponte de decembro dese ano. A partir daquela formulámolo como un proxecto, xa unha cousa máis organizada. Si que en realidade é a cova máis grande de Galicia, pero tamén creo que aquí hai unha serie de mesturas que non se ven case nunca. As do Courel son covas máis clásicas. Aquí hai calizas e lousas, é unha mistura entre o karst puro e o falsokarst (pseudokarst). Aquí hai unha interacción que muda completamente a paisaxe na escuridade». «Todo o mundo dicía que estaba todo estudado e que non quedaba nada por descubrir», comenta. Y sin embargo no ha sido así. Entre los hallazgos clave de restos paleontológicos, huesos de oso pardo y cavernario y posiblemente una falange de ciervo americano. Sería un wapiti, nombre simpático para un lugar guapo guapo en el que ya se habían encontrado restos humanos en los 70. También fragmentos de cerámica. Sin olvidar la riqueza en espeleotemas, fauna casi imperceptible y paisajes mágicos.

YOLANDA GARCÍA

Además de Vaqueiro, están la bióloga Mari Luz Rodríguez, especialista en aguas, Moisés Pereira que es el experto que ensambló y calibró el «Caveatrón» (aparato para medir escaneando 3D en tiempo real), el espeleobuceador Antonio González y con el grupo topográfico, Francisco Couto. Pero también la cantera. Ilusionados y con más aplomo que el mío, los más jóvenes, Tristán de 8 años, y Breixo de 11, más Artai, Alejandra, Esteban, Antón y Marcos en plena adolescencia y el último a punto para la licencia de adulto. «Me encanta», dice la única chica del grupo, de Foz, que no descarta ser espeleóloga: «Vendría más, pero tengo estudios y más actividades. ¡Esto es espectacular, increíble! Fui con un grupo para marcar dónde están las flechas (marcas e impactos visuales), especímenes de habitantes de la cueva (y depósitos de guano), etcétera...».

En el primer mapa que publicó hace 150 años Luis Villaamil y Castro, al primer tramo hacia el río le puso de nombre «baixada rapidísima». A la vuelta es la «subida lentísima» dicen los espeleólogos, sin perder el sentido del humor. Ni las fuerzas. Camino como pisando huevos. A la señal de Vaqueiro «pon o pé aquí», mejor hacerle caso. Cuando me dice que le dé mi mochila para pasarla primero y que después voy yo, me estremezco. «¿Teño que pasar por aí?», pregunto incrédula. A uno de esos reducidos pasos lo bautizaron «botones». Porque se rompían los de las fundas. Toca reptar. Me evoca los ejercicios militares en las trincheras. Y será verdad que al final no sentiré las piernas, como Rambo. En dirección a la Sala Cirios, me cruzo con una estalagmita y pregunto su edad, sin ofender. «Polo tamaño podería ter ata uns 300.000 anos», responde Vaqueiro. Me enseña curiosas salpicaduras de arcilla fosilizada sobre la roca, espeleotemas azul pitufo, un gusano de murciélago, el enigmático río Celtas, el Lago Sur de un bellísimo turquesa... ¡Y el hueso de un oso cavernario! Solo espero que no haya ninguno aún hibernando hoy... «Hemos encontrado algunas salas y pasajes nuevos —señala—, pero la gran pregunta que todos nos hacemos es: ¿Conocemos toda la cueva que existe?». «Otra de las grandes incógnitas es cuán antigua es. ¿Hay forma de ponerle edad?», añade, subrayando que el «primer paso» lo han dado iniciando el proceso analítico. «Hay que esperar con paciencia», nos dice.

YOLANDA GARCÍA

Como anécdota jamás imaginada en la infinita historia de la Cova do Rei Cintolo, me cuenta que «puntualmente» encontraron cobertura 4G «a más de 142 metros de profundidad», señal que circularía a través de «algún ‘hueco' desconocido». Otra incógnita más.