Los afectados por la Navidad de Vigo ven insuficientes las medidas para evitar «tres meses de tortura»

Luis Carlos Llera Llorente
Luis Carlos Llera VIGO / LA VOZ

VIGO CIUDAD

M.MORALEJO

La asociación de vecinos Zona Centro aguarda la resolución del Tribunal Superior e insta al Concello a garantizar su descanso y su seguridad

18 oct 2023 . Actualizado a las 01:25 h.

Las medidas anunciadas por el Concello de Vigo para paliar el exceso de ruido en el centro durante dos meses son «insuficientes» en palabras de Alba Novoa, abogada y presidenta de la asociación de vecinos afectados que viven en la Alameda, Rosalía de Castro, Colón y calles aledañas. Durante tres meses (dos de celebraciones y uno de montaje y desmontaje) las personas que viven y trabajan en esta área, donde existen importantes empresas y despachos profesionales, tienen que soportar «hasta 70 decibelios», el doble del nivel de ruido máximo recomendado en horario nocturno por la Organización Mundial de la Salud (OMS).

El gobierno vigués anunció el pasado viernes la supresión de algunas atracciones y la disminución de puestos. A los afectados no les llega. Apelan a su derecho al descanso y, también, a la falta de seguridad por las aglomeraciones que retrasan los tiempos de respuesta. A ello se suman los daños a los jardines y mobiliario urbano.

Los damnificados por la exitosa Navidad de Vigo, que llena hoteles y atrae miles de visitantes, aseguran que «es una tomadura de pelo eliminar solo el saltamontes y la montaña rusa» porque «la noria hace ruido y el mercadillo, también». «Suprimiendo dos atracciones infantiles no se logra bajar el jaleo», dicen.

En cuando a la instalación de atracciones de feria en la calle Areal, entre ellas la noria enorme que se sitúa a escasos metros de las viviendas, expresan su total desacuerdo «con la obcecación de mantener dichas atracciones delante de nuestras casas y trabajos».

Lo de mercadillo de Navidad es muy cuestionable, según la letrada Alba Novoa. Afirma que lo que se extiende por los jardines de la alameda es «un botellón», una feria «take away» de bebidas alcohólicos y viandas. Y el mercadillo también se ha encogido muy poco a juicio de los vecinos, que creen que suprimir diez puestos apenas se nota ya que seguirá habiendo 90 casetas y puestos ambulantes en unos jardines que están protegidos por Patrimonio. «No es un mercadillo de Navidad como el que hay en otras ciudades, con puestos de figuras y artesanía, es sobre todo un sitio con casetas para comer y beber», recalca.

Los vecinos esperan la resolución del Tribunal Superior de Xustiza de Galicia (TSXG). Los afectados del centro de Vigo recurrieron una sentencia que absolvió al Concello y la Fiscalía se adhirió a su recurso para garantizar el derecho al descanso. «Ojalá tengamos un fallo antes de las Navidades», dice la abogada Novoa.

Oídos sordos

También se queja de que el gobierno de Abel Caballero no haya querido escuchar a los vecinos. «Lamentamos profundamente que el Concello no haya tenido a bien el aceptar nuestra solicitud de formar parte del Comité do Nadal para ser escuchados y que se tuviese en cuenta nuestro punto de vista», señala. Dicho comité tenía por objetivo, entre otros, tomar medidas «para evitar la tortura a la que nos han sometido durante tres meses los últimos años al instalar el Cíes Market en las calles del centro de la ciudad de Vigo». Son calles principalmente residenciales y declaradas zona acústicamente saturadas (ZAS) por la propia Administración local, es decir, un espacio en el que no se deberían poner más actividades de ocio nocturno incompatibles con los usos residenciales.

«No han querido escucharnos ni tener en cuenta nuestras demandas y no han contestado a ninguno de nuestros requerimientos para reunirnos y para que nos facilitasen información sobre el Cíes Market 2023-2024», dicen los afectados que suman el mes de montaje y desmontaje a los dos meses de eventos.