Compass, la escuela de música que también será sala de conciertos

Begoña Rodríguez Sotelino
begoña r. sotelino VIGO / LA VOZ

VIGO

Xoán Carlos Gil

La directora del centro vigués, Rosanna Ojea, asume la gestión cultural para actuaciones y el fomento de la clásica

10 abr 2024 . Actualizado a las 22:06 h.

La academia Compass (Taboada Leal, 17) está a punto de cumplir un año desde que pasó a manos de la pianista, profesora y programadora de conciertos del Café Vitruvia junto a Javier Ferreiro, Rosanna Ojea. Ahora, la escuela que fundaron en 1985 dos maestras del Martín Códax, Carmela y María José, es otra historia. María Soa, la mitad de Fillas de Cassandra, fue allí alumna de piano y terminó siendo la penúltima gestora y maestra de piano de este centro de educación musical que Ojea se ha empeñado en convertir en un enclave cultural para Vigo.

El tiempo que cada martes de 13.30 a 14.00 horas comparte con la periodista Bibiana Villaverde ante los micrófonos de RadioVoz en el programa Las Voces de Tu Ciudad es un preludio de lo que proyecta para su centro: acompañar a la audiencia en el disfrute de un mundo por descubrir. «Quiero hacer de la academia histórica una sala de recitales con un ambiente muy cálido y cercano donde centrarse un poquito más en la clásica, en la música de cámara, explicándola además a través del diálogo y tocando también la poesía», avanza sobre un proyecto para el que ya tiene cerradas varias fechas de conciertos hasta fin de curso, con profesores de conservatorios y pianistas gallegos de trayectoria internacional, que anunciará en breve.

«La enseñanza de la música no es solo aprender a tocar, es acercarse y entenderla un poco más, un valor sobre la salud, mental y física que incluso desde la ciencia y la medicina se remarca año tras año», asegura como alumna del máster en neuromúsica que está haciendo y que la tiene fascinada al ser la música la disciplina que aúna más facetas intelectuales y motoras con las emocionales. «Por eso en su simple escucha hay un filón de medicina, es química sin efectos secundarios», advierte añadiendo que es una sensación que se logra con determinadas obras: «Hay muchas piezas clásicas que son maravillosas, nos hacen mucha falta, y no se conocen casi», lamenta. «Esa es la visión de Compass. La música está indicada para todos, para sanarnos incluso en este mundo de estrés, prisa, y tanta virtualidad», afirma sobre un proyecto en progreso que según cuenta, le gustaría que también saliese de su escuela para llevarlo a colegios, residencias o la universidad. «A la sociedad actual le hace falta», afirma la directora de la escuela.

Respecto a la vertiente docente, la viguesa Rosanna Ojea asegura que «aprender aquí es otra cosa. Y tocar aquí en las audiciones, también es diferente a todo lo que yo he vivido en otros centros». Su obsesión es no quedarse solo en enseñar las notas, sino abarcar un amor por la música contagioso y entusiasta. «Pocos alumnos quieren ser músicos de conservatorio, pero todos tenemos la música en nuestra vida y un acceso a ella como nunca antes», explica sobre una disciplina que funciona especialmente con niños de altas capacidades y es un asunto al que en Compass dedican atención con formación extra de su personal, como la vicedirectora, que asiste actualmente a unas jornadas en Pontevedra sobre y estamos muy vinculadas y familiarizadas con este tema.

La academia Compass lleva un lema, como el título de un disco: De Bach a Glass y no es por casualidad. La docente y gestora cultural recuerda que aunque el piano de cola sea lo más visible de su escuela, es un instrumento más. Hay guitarra, canto, saxo, y coro y una visión actualizada y contemporánea de la enseñanza, con producción en ordenador y uso de programas y aplicaciones.