Pauleta: «Lo más duro es ahora, que me siento bien y tengo que ir despacio»

MÍRIAM V. F. VIGO / LA VOZ

VIGO

SL BENFICA

La futbolista redondelana del Benfica espera reaparecer en enero tras una rotura de ligamento cruzado

28 dic 2023 . Actualizado a las 22:17 h.

La redondelana Paula Domínguez Encinas (1997), Pauleta, cierra un año complicado y mira al 2024 con ganas. Si todo sigue su curso, la futbolista del Benfica podrá reaparecer el mes que viene tras superar la primera lesión grave de su carrera, una rotura de ligamento cruzado de rodilla con la que ha sufrido y aprendido. Lo más difícil, confiesa, está siendo tener que frenar cuando ya se siente preparada.

—¿En qué punto se encuentra de la recuperación y qué fechas maneja para el regreso?

—Estoy en la recta final. He empezado a hacer ejercicios con el grupo sin contacto y el objetivo sería comenzar a tener minutos a finales de enero. Pero todo depende de cómo vaya esta última fase, cómo me vaya sintiendo y cómo reaccione la rodilla.

—¿Y ahora mismo cómo se encuentra?

—Bien, aunque son nueve meses y medio desde que me lesioné, mucho tiempo sin estar en este entorno de tener tantas jugadoras alrededor, tantos estímulos, tener que pensar rápido... En los mese anteriores, todo era más programado y, entre comillas, más analítico. Ahora, tengo que prepararme para el juego real y eso se consigue entrenando. Pero las sensaciones son buenas y estoy con ganas de seguir mejorando y evolucionando.

—¿Supo desde el primer momento que era una lesión grave?

—Me di cuenta de que algo dentro de la rodilla se había roto, no sabía si era cruzado, si algo más o algo menos. En este último mes, he podido irme olvidando de la sensación que tuve, el recuerdo se va difuminando y no está tan presente. Antes, cada vez que lo pensaba, casi se me revolvía el estómago. Es buena señal, porque dicen que cuando estás lista es cuando olvidas la lesión.

—¿Cómo ha sido el proceso?

—Como me lo esperaba, cuando me dicen que es el cruzado, no fue un choque tan grande. Me venía haciendo a la idea desde el día anterior. Piensas en lo que viene, en meses sin jugar, duros, de sufrimiento, pero llevé bien ese primer momento casi de luto, que se dice. Sabía que me había pasado eso, que no podía hacer nada más que afrontarlo con las mayores ganas y fuerza posibles y estaba tranquila. Con la operación sí que tienes nervios de si saldrá bien, pero una vez que pasa, sabía que lo más complicado iba a ser este momento final en que ya te sientes bien, notas buenas sensaciones y el protocolo no te deja avanzar.

—¿Cómo lo ha gestionado?

—Trabajando para entender, en frío, que es lo mejor para mí y que no compensa acelerar, aunque en caliente fastidie no poder ir más rápido. Los protocolos están por algo, hay que sentar unas bases y los movimientos de la rodilla no se consiguen de un día para otro, sino a base de repetición.

—Resulta curioso que le cueste más esta fase que cuando le quedaba todo por delante.

—Me siento algo egoísta, pero comentaba con mi pareja que estaba mejor tumbada, recién operada y sabiendo que no me podía mover que ahora, que me siento bien y tengo que ir más despacio. Es un aprendizaje que hubo que hacer, entender el proceso y saber que la meta no es jugar, es estar bien.

—¿Recibió apoyo psicológico?

—Sí. Fue casualidad que la había buscado un par de meses antes de la lesión, por temas personales y para gestionar mejor mi trabajo, y ya lo aproveché. Ha sido de mucha ayuda para gestionar al frustración y el miedo. No estoy acostumbrada a sentirlo y cuando aparece, parece que te come.

—¿Qué ha aprendido de la lesión?

—Va relacionado con lo que comentaba de gestionar la frustración. A veces pensamos que la meta es una y es otra. Aprendí a aprovechar el proceso y que no se deben hacer planes de futuro porque en un segundo, te cambia todo, como me pasó a mí: en una jugada, se te clava el pie, se te rompe el cruzado y diez meses sin tu profesión. El fútbol pasa rápido y hay que aprovechar cada momento, que no lo hacemos.

—¿Cómo ha llevado los partidos desde fuera del terreno de juego?

—Es difícil. Por suerte, no estaba acostumbrada, es mi primera lesión grave y me perdía muy pocos partidos, así que es complicado no poder ayudar de la manera que quieres. Por mucho que les hables a las compañeras, sabes que ni te escuchan y no les puedes transmitir lo que quieres. Intentaba hacerlo en el descanso.

-Con la lesión se esfumó la posibilidad de estar en el Mundial con Portugal (está a la espera de la nacionalidad).

-Sí, era no de los objetivos. Pero, como decía, la lesión te hace ver todo de forma diferente y ahora el objetivo es estar bien, tener minutos cuando vuelva y ser la que era antes. Si llega la oportunidad de ser llamada, aprovecharla, pero a día de hoy, aún está en proceso y aprendí que no es lo importante mirar hacia adelante.

-¿Cómo vivió y cómo valora el éxito de la selección española en el Mundial?

-Me coincidió la final en Galicia, porque estaba esa semana allí, y me acuerdo de ver la final con mi tía y mi abuela. El hecho de que España ganara fue una alegría para todos, pero lo fue ya el hecho de que ellas supieran qué pasó en el Mundial, qué partidos hubo, contra quién jugaba Estados Unidos cuando quedó eliminada... Fue un orgullo que se le dieta tanta visibilidad al fútbol femenino y a mí me marcó que mi familia lo siguiera tanto.

-¿Y cómo vivió lo sucedido con Jenni Hermoso y Luis Rubiales?

-Me pareció incluso ridículo que un triunfo tan grande para España quedara empañado poruna actitud así, que al final, viene definiendo lo que nos pasa a las mujeres en el fútbol. No se está atento a lo que hacemos en el campo, sino más a lo de fuera,a lo que hay alrededor. Fue, entre comillas, una sátira de lo que sucede en el fútbol femenino en España y esparemos que sea un punto de inflexión para que la sociedad evolucione y acaben esas actitudes, esta lacra que hay.

-El Celta acaba de anunciar que hará un proyecto femenino. ¿Le gustaría vestir de celeste a largo plazo?

-Siempre digo que soy del Celta desde pequeña. Me contaba mi tía que cuando hice la Primera Comunión, quería ir con la equipación del Celta. Para esa niña, sería un sueño cumplido, pero estoy muy bien en el Benfica y, por ahora, ni siquiera existe el equipo. Mi futuro lo veo aquí, pero nunca se sabe, me haría ilusión. Y creo que es algo que el Celta tiene que hacer, sería una muestra más de que el Celta es un club grande, el mayor de Galicia. Espero que sea el momento de demostrarlo.