¿Qué se lleva este otoño?

La Voz REDACCIÓN

TENDENCIAS

El manual de estilo de los próximos meses tiene ocho pilares básicos. Te damos todas las claves de lo que viene

24 oct 2014 . Actualizado a las 14:37 h.

Después de haber perdido algunos kilos tras deshacerse de bikinis, sandalias, livianos vestidos de gasa y toallas de playa, el armario pide a gritos, con la llegada del otoño, un atracón de prendas nuevas. Renovar el vestidor es casi un ritual al comienzo de cada temporada, pero ni el espacio, ni el bolsillo, nos permiten dar rienda suelta a nuestros instintos más consumistas. ¿La clave? Dosificar. Empaparnos de las tendencias más populares esta temporada e ir a tiro fijo. Te proponemos ocho, las más repetidas en las pasarelas cuando las firmas nos avanzaron hace algunos meses lo que se llevaría en la recta final de este año, las más resultonas a pie de calle. Atentos:

Las capas, ponchos y demás familia

La capa será la reina de este invierno; así que, como mínimo, todos los guardarropas deberán contar con un ejemplar o, en su defecto, con algún sucedáneo que cumpla la misma función: aportar a la silueta un toque romántico y contundente, racial, al mismo tiempo. Las capas rodean el cuerpo, se agarran y se abrazan a él, prometiendo un otoño cálido y reconfortante. Las que miran a los años setenta, más ponchos que capas, de lana y con flecos, de colores y con estampados étnicos, se alternan con las de punto grueso y las de inspiración ecuestre, las más elegantes de todas, como esta de Armani Collezioni. Se llevan anchas, sobre vaqueros o leggins, pero también con vestidos cortos o trajes de chaqueta, con suéteres de cuello alto, por ejemplo, y botas altas, reforzando la imagen de amazona. Las que se inclinan hacia estilos británicos, como esta de Síntesis, se pueden combinar con botines de tobillo de inspiración militar, y las que se acercan más a la gabardina, híbrido entre capa y trench, con zapatos de cordones de charol, camisas blancas básicas y jeans desgastados.

El estampado animal, todo un básico

Nunca llegó a irse. El leopardo, print animal por excelencia, se adosó a nuestras prendas en algún impreciso momento de los últimos años. Y ya nunca nos abandonó. Pero si este estampado tostado, reinventado de mil maneras, despojado de su condición de vulgar, supo mantenerse discretamente en el armario, casi como un básico, ligado a complementos como carteras o bolsos, este otoño regresa haciendo ruido. Reclamando protagonismo. Las tonalidades felinas se adueñan de chaquetas, trajes enteros, de camisetas, blusas e incluso de abrigos. En el aire, también otros prints animales como el de zebra o el de serpiente. ¿Cómo se llevan? El negro es la clave, sobre todo combinado con el de leopardo y alternando tamaños. Por ejemplo, camisas grandes estampadas y faldas mini oscuras o pitillos muy apretados. También triunfan sobre el asfalto laz zapatillas con detalles animales, en los laterales o en el talón. Y, por excelencia, en los complementos: zapatos de tacón, gafas de pasta, carteras grandes, mochilas...

Lo militar, ahora elegante

Esta tendencia da un paso de gigante este invierno y amplía sus horizontes más allá del camuflaje. Con el negro como principal aliado, llega en cualquier textura, cuero, seda, punto o piel. Para no resbalar, lo más indicado es apostar por el verde y el caqui, agenciarse alguna parka, un par de monos y algún que otro pantalón cargo. Los abrigos rectos, rusos, con botones grandes y grandes solapas también marcan el ritmo esta temporada. Se alterna con complementos muy femeninos, joyas doradas, accesorios lady, cinturones anchos para ceñir la estructura de los chaquetones, apliques para ajustar las camisas al cuello y botines de tacón muy muy alto. Si se prefiere un toque más urbano y casual, los de cordones planos son una apuesta segura. Las sudaderas en tonos vegetales y tierra aparecen este año junto a faldas midi y los pantalones de cuero, con cinturones con hebillas mayúsculas.

El blanco y el negro nunca fallan

El dúo cromático que ha salvado más de una, y más de dos situaciones de parálisis estilística, nunca defrauda. No es arriesgado, pero sí tremendamente elegante y llega ahora, una vez más, en clave minimalista, con motivos de rayas y cuadros, en faldas, vestidos y camisas. Tan adecuado para ir a trabajar como para salir a tomar unas copas, este otoño se inclina levemente hacia la inspiración de los años sesenta: vestidos rectos, geométricos, mocasines y bailarinas, polipiel y bolsos grandes.

Amor a Escocia

La consulta sobre la independencia de Escocia resucitó este año el interés por el país británico y, fiel reflejo de este apego, esta temporada los armarios se llenarán de prendas de inspiración escocesa. El tartán será uno de los ases de este otoño. Este tejido, elaborado a base de un diseño geométrico secuencial de líneas de colores y proporciones variadas, produce una apariencia final en forma de cuadros. Vuelve en las camisas, que se anudan a la cintura, liderando una nueva revolución estética punk; en pantalones ajustadísimos y complementos que evocan a los años 90. Nada tiene que ver esta tendencia en este 2014 con aristócratas británicos, sino más bien con música en garajes, moda callejera y mercadillos de barrio. ¿Cómo se lleva? Con todo tipo de estampados y tejidos: flores, rayas, lunares, pelo, piel.

Otro uniforme de trabajo es posible

Atrás quedó la época en la que el atuendo de oficina era aburrido, recto y sin gracia alguna. La mujer trabajadora tiene este año un amplio catálogo de posibilidades donde escoger, en las que el toque masculino es la clave. Las alternativas al clásico traje de chaqueta pasan por chaquetas de texturas fluidas, pantalones de pinzas combinados con prendas en tejidos deportivos y nuevos colores, como el rojo o el rosa empolvado, que amplían la paleta del blanco, el negro y el gris. ¿El consejo? Combinar la recurrente y elegante camisa blanca con prendas de cortes arriesgados.

El punto gana puntos

Después de las capas, los vestidos de punto de largo medio, a la altura de la rodilla, son la segunda prenda por excelencia de este otoño. Pero, además, los jerseys tricotados permanecen como un comodín perfecto para cualquier tipo de look. Se llevan tanto extralargos como hipercortos, estos últimos con faltas y pantalones de cintura. También en complementos de invierno como bufandas o guantes, y tiene la capacidad la tendencia del punto de, además de abrigar, rebajar cualquier estilismo que sea demasiado arriesgado.

Las chupas

Todo el mundo debería tener como mínimo una cazadora (de cuero) en el armario. Pero su uso y disfrute no es tarea fácil, no al menos tanto como parece. Esta prenda es válida para casi cualquier tipo de look, rompe la sobriedad de determinadas combinaciones y aporta un toque desenfadado, pero hay que tener cuidado. No abusar de las cremalleras ni de los brillos si la llevamos con vestidos, apostar con el color si la combinamos con un look tan básico como vaqueros y top blanco, y escoger bien su largo: demasiado cortas, demasiado largas, demasiado holgadas o tan estrechas que se convierten en vulgares afearán siempre el resultado final.

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