¿Cómo se enteran ahora los padres estadounidenses del sexo del bebé?

La Voz REDACCIÓN

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SANDRA ALONSO

Los «Baby Shower» han dado un paso más, y así han aparecido las tartas con el bizcocho de color en función de si será niño o niña

30 jul 2014 . Actualizado a las 17:15 h.

Los futuros padres neoyorquinos han dado un paso más. Ellos prefieren innovar. Mientras en España los Baby Shower se hacen un hueco, del otro lado del Atlántico se ha puesto de moda que la noticia del sexo del bebé ya no la den los médicos. Bueno, en realidad la siguen dando pero ya no son los portavoces. Ahora, los facultativos solo les dan a los padres el sobre cerrado con la noticia que se lo encomiendan a una pastelería. Una vez allí, tiñen el bizcocho de la tarta en función de si es niño -bizcocho azul- o es niña - bizcocho rosa-. ¿Y cuándo reciben este dulce con sorpresa? Según cuentan en The New York Times, salen de dudas en las gender-reveal party, los Baby Shower 2.0, al enterarse del gran secreto al cortar el pastel, delante de todos sus amigos y familia.

A la espera de que esta nueva modalidad de Baby Shower cruce el charco, que lo cruzará como todas las modas, en España seguimos mirando de reojo a las famosas que lo han importado. Shakira inició el camino, aunque con un tinte marcadamente solidario de la mano de Unicef. La siguió Sara Carbonero con una reunión con sus amigas que compartió en su blog. Pero no fueron unas precursoras, porque como las gender-reveal party, los Baby Shower proceden de Estados Unidos, una costumbre alternativa a los bautizos europeos está más que asentada y que las famosas, desde actrices hasta modelos, se han encargado de convertir en una fase primordial de todo embarazo glamuroso y chic. Pero estas reuniones sociales exclusivamente para mujeres -aunque empieza a haber cada vez más excepciones- no solo se celebran del otro lado del Atlántico. En Reino Unido, el wetting the baby's head es el sustituto natural de una costumbre que tachan de americana y materialista. El sismoony reúne en Irán a familia y amigos entre uno y tres meses antes del parto, mientras que en Suráfrica el stork party tiene lugar cuando la madre está de seis meses. En China, su versión se llama manyue y se organiza un mes después del nacimiento. Tiempos similares rigen en Armenia, que esperan a que el bebé cumpla 40 días para celebrar el garasung.

Para los que aún no sepan muy bien de que se trata este habito tan estadounidense y que evoluciona a pasos agigantados, inicialmente el Baby Shower solo se celebraban con el primer hijo y consistía en una reunión femenina en la que se compartían conocimientos sobre el arte de ser madre. Con el paso del tiempo y un par de celebraciones de la famosa de turno, se han convertido en una especie de cumpleaños con regalos y tartas y con la embarazada como centro que se repiten con cada niño que llega a la familia. Incluso, actualmente, durante el mismo embarazo muchas aprovechan la ocasión para celebrar varios: uno con los amigos, otro con la familia, otro con los compañeros de trabajo, y así hasta completar todos los focos de conocidos.

Las no reglas de los «Baby Shower»

Y poco más se puede generalizar sobre estos eventos porque cada Baby Shower es un mundo y pueden incorporar desde un desayuno, un brunch, una comida, una merienda, gominolas, o cualquier cosa que imaginemos. La organizadora, el número de invitados, la decoración o las actividades dependen exclusivamente de los gustos de la futura madre. No hay reglas, ni las habrá.

Pero, sin duda, la clave de todo Baby Shower son los regalos. Familiares y amigos compran todo tipo de cosas para dar la bienvenida al nuevo miembro. Qué si montones de pañales, biberones, mantas, juguetes y ropa, mucha ropa con un abanico que va desde para cuando aún es un bebé recién nacido con bodys, peleles o mini vestidos -como los que se pueden encontrar en El Corte Inglés, tanto para niños como para niñas- hasta cuando está más crecidito. Pero ojo, tampoco nos pasemos: los pequeños crecen, pero la ropa pasa moda. Además, hay que tener en cuenta el sexo del bebé. Quizás por esta razón los neoyorquinos se han sacado de la manga la tarta de colores según el sexo del bebé, para así evitar cambios innecesarios.