Ana Luque: «Si alguien tiene un sueño que lo persiga hasta conseguirlo»

Mónica Pérez
M. Pérez REDACCIÓN / LA VOZ

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La barcelonesa es la ganadora de la sexta edición de «Maestros de la costura»

13 abr 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

Ana, barcelonesa de 23 años, es la ganadora de la sexta edición de Maestros de la costura. Se coronó el jueves de madrugada en La 1 con el premio en metálico de 50.000 euros, una formación especializada en Diseño de Moda en el Centro Superior de Moda de Madrid, de la Universidad Politécnica de Madrid y el maniquí de oro del programa. Aún digiriendo el premio, Ana asegura que hace un balance «superpositivo, no puedo quejarme estoy super contenta».

Su caso rompe una tendencia en el concurso de talentos de la moda que presenta Raquel Sánchez Silva en La 1. Ana entró como reserva, tras ser rechazada en un primer momento. Ella asegura que lo vivió «como una nueva oportunidad» y aconseja a todos los que estén en un lugar parecido al de ella, que no logró entrar a la primera en el programa, «aprovechar todas las oportunidades que a uno le vengan, y hacer primeras y segundas y no perder la esperanza. Si alguien tiene algún sueño y está luchando por ello que lo persigua hasta que lo consiga».

Sobre la final, cabe destacar que una de las miembros del jurado, la diseñadora María Escoté, aseguró que la del jueves había sido una de las finales más reñidas de toda la historia del programa. «A Ángel siempre lo he visto como un gran contrintcante, como un chico que es super capaz, que tiene mucho nivel, entonces que digan que es una última final muy reñida es un halago para mí», confiesa.

Sobre los planes que tiene Ana, asegura que «yo entré porque estaba haciendo mi marca, Motora, y ahora quiero continuar con esos planes. Me gustaría aprovechar el premio y seguir formándome, para poder invertir todo ese conocimiento y el economico en la marca»», asegura.

Motora, la marca que fundó poco antes de entrar en Maestros de la costura, es «ropa para mujeres moteras, un poco por defender ese espacio en ese mundo tan masculino, que no hay nada para nosotras», afirma, en cuando a la moda.

Haciendo balance sobre cómo fue su paso por el concurso, Ana destaca dos momentos, dos pruebas que fueron especiales para ella. «Descataría claramente la final, fue una de las más especiales para mí, pero también te diría la prueba de las flores, que no me esperaba al principio porque no me tocaba ir a coser y luego al final toda esa energía, miedo y cosas que tenía dentro se trasladaron a esa pieza que es una de las más orgullosa me siento», confiesa.

Nunca se vio como ganadora, y asegura que «hasta que no dijeron mi nombre, no fui consciente de la victoria». Sobre su paso por el concurso afirma que «desde un principio lo veía como misión imposible, y más como entrando más tarde, era como bueno, yo me lo voy a jugar todo en esta eliminación y lo más probable es que me vaya a casa como he venido. Pêro al final fui avanzando y conociendo a mis compañeros, fui evolucionando».

Sobre la prenda que la convirtió en ganadora, destaca que «quería era trabajar con la sastrería y era algo que creía que apostando por ello me diferenciaría. También hacer algo que jugara con las líneas masculinas de la sastrería pero a la vez integrando feminidad y sensualidad con el corsé de las transparencias».