Proyecto Amodiño, un salvavidas de Cáritas para las familias vulnerables

redacción LA VOZ

SOCIEDAD

Cáritas

La iniciativa, con la colaboración de ??la Caixa??, atiende a 179 personas en la diócesis de Mondoñedo-Ferrol

11 abr 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

La Fundación ''la Caixa'' ha encontrado un nuevo proyecto social en el que involucrarse. Se trata de Amodiño, una iniciativa coordinada por el equipo de profesionales y voluntarios en el ámbito de la diócesis Mondoñedo-Ferrol.

El desarrollo de estas actividades de apoyo a la integración social de personas en situación vulnerable consta de numerosas áreas especializadas, atendiendo a las necesidades concretas de cada uno de los núcleos familiares y personas atendidos. Parte fundamental, no obstante, es el trabajo directo con niños y jóvenes en edad de escolarización.

Tal y como explican desde Cáritas, el objetivo fundamental es dotar a todos ellos de un «entorno seguro» donde puedan realizar sus tareas y recibir apoyo educativo a partir de actividades y talleres que complementen su formación académica.

Educación, ocio y familia

Así lo apunta Patricia Filgueira, educadora social que coordina a los equipos involucrados en Amodiño. Puntualiza, además, que la labor de este cuerpo de voluntarios es inestimable, y que nada sería posible sin su ayuda. «Hemos pasado de ayudar a unas 106 personas a 179. Y contamos con la asistencia de 70 voluntarios», anota.

«Todo este proyecto nació, en principio, por una necesidad concreta de una nuestras parroquias». Pero, con el éxito de su implementación, se fue extendiendo a todo el área de la diócesis, que incluye Ferrol y algunas zonas de la provincia de Lugo —como Vilalba, Viveiro, Foz o Mondoñedo—. «Nuestro objetivo principal es ayudar a niños en situación de vulnerabilidad, sobre todo en el ámbito educativo. Trabajamos con muchas familias en situaciones difíciles, muchas de ellas migrantes», explica Filgueira.

Pero, además de las actividades de orientación y refuerzo académico, tratan también de ofrecer alternativas de ocio a los niños, haciéndolos partícipes directos de la organización de las actividades para tener en cuenta sus gustos y sus intereses. «Ya sea para eventos culturales, excursiones o actos deportivos, procuramos tener en cuenta lo que nos cuentan los chicos, sus intereses y sus preocupaciones. Y que puedan también participar en planes de ocio inclusivos en base a lo que les gusta y se les da bien», procurando buscar vías de diversión que no giren siempre «en torno a las pantallas», añade Filgueira.

También trabajan directamente con los progenitores. Muchos de ellos, al provenir de otros países, sufren choques y problemas de adaptación culturales. Les ofrecen, a traves de iniciativas tanto grupales como individualizadas, herramientas para poder integrarse mejor socialmente.

Por ejemplo, organizan talleres ocupacionales, clases para personas extranjeras que estén teniendo dificultad para hablar el español o cursos de alfabetización digital. Asistirlos, en definitiva, en todos los frentes en los que pueda existir una necesidad que aumente el riesgo de exclusión social de estos núcleos. Un empujón para los necesitados. Pero no están solos en esta trinchera. Tienen sinergias fluidas con los servicios sociales y con el Sergas. «Tenemos una red de trabajo colaborativo».