Íñigo Onieva y Tamara Falcó ya son marido y mujer

Gloria Salgado MADRID / COLPISA

SOCIEDAD

Tamara Falcó, a su llegada a la finca El Rincón.
Tamara Falcó, a su llegada a la finca El Rincón. José Velasco | Europa Press

La novia se retrasó 45 minutos por revisar su vestido, el secreto mejor guardado de una boda esponsorizada de arriba abajo. La marquesa protagoniza la exclusiva más suculenta del «papel couché» desde la de Borja Thyssen y Blanca Cuesta, hace ya más de 15 años

09 jul 2023 . Actualizado a las 09:25 h.

«No ha sido fácil llegar hasta aquí, pero lo hemos logrado». Y sí, como afirmaba hace unos días Tamara Falcó, desde que se hizo público su compromiso con Íñigo Onieva, las cosas no han sido nada sencillas para la marquesa de Griñón, que ayer daba el «sí, quiero» al hombre con el que quiere estar «bailando toda la vida». Pese a las ganas, los últimos retoques en el vestido del director creativo de Carolina Herrera, Wes Gordon, obligaron a retrasar 45 minutos un enlace que estaba previsto para las 19 horas.

Y eso que la novia era la primera en llegar a la finca El Rincón. El reloj marcaba las 16.30 horas cuando Tamara Falcó, acompañada por su maquilladora y vestida de blanco con una parte de arriba con mangas farol, bajaba la ventanilla de su coche para saludar a la multitud de medios de comunicación que se agolpaban en la puerta del recinto.

Íñigo Onieva, saludando a la prensa ante el acceso al recinto.
Íñigo Onieva, saludando a la prensa ante el acceso al recinto. Sergio Pérez | Efe

El otro protagonista, Íñigo Onieva, llegaba casi dos horas más tarde desde la vivienda que la pareja comparte en el centro de Madrid, donde estaba acompañado por uno de sus hermanos y una decena de amigos. Subía a toda prisa al coche a medio vestir ya que todo indica que se habría estado haciendo fotos para el reportaje en exclusiva de la revista ¡Hola! De lo que ha querido presumir es de sus gemelos: una T en honor a Tamara realizada por un tío suyo que es escultor.

La ceremonia fue oficiada por el padre Cruz, guía espiritual de Tamara, el padre José Luis y el padre Ángel, fundador de Mensajeros de la Paz. Se hablaba de que se llevaría a cabo en la pequeña capilla del palacio, con pantallas en la parte exterior para que los invitados pudiesen seguir la misa, pero el buen tiempo ha permitido que se realizase al aire libre.

El padre Ángel, uno de los invitados y uno de los tres sacerdotes que ofició la ceremonia.
El padre Ángel, uno de los invitados y uno de los tres sacerdotes que ofició la ceremonia. Sergio Pérez | Efe

La novia llegaba del brazo de su hermano Manuel enfundada en uno de los dos vestidos que confeccionó junto con Gordon a contrarreloj. Tan solo tuvieron unas semanas después de que las fundadoras de la firma vasca Sophie et Voilà, Sofía Arribas y Saioa Goitia, que iban a diseñar su traje nupcial, se negasen a hacerlo. Así lo hicieron saber mediante un comunicado que hizo temblar los cimientos del mundo del corazón.

Los definitivos son «un mix entre muy tradicional y muy moderno», además de «muy femenino y limpio», según explicó el diseñador a su llegada a mediodía, momentos antes de la última prueba. Para completar el estilismo, ha lucido una tiara art-decó del siglo XIX realizada exclusivamente en diamantes de varios tamaños perteneciente a la familia Falcó. Una carísima exclusiva pieza que ya llevó su cuñada Amparo Corsini en su boda con Manuel Falcó, que ha ejercido de padrino y ha sido el encargado de llevar a Tamara al altar, hasta donde ha llegado con un clásico velo cubriéndose el rostro. Los pendientes han sido confeccionados para ella por Tous, una de las firmas de la que es imagen.

Xandra Falcó ha sido la encargada de leer el Eclesiastés, Alejandra Onieva, que ha acudido acompañada del modelo Jon Kortajarena, ha leído el responsorio y Chábeli, la Carta a los Corintios.

Isabel Preysler, saludando a su llegada a la finca.
Isabel Preysler, saludando a su llegada a la finca. Sergio Pérez | Efe

Carolina Molas, madre del novio, a su llegada a la finca El Rincón.
Carolina Molas, madre del novio, a su llegada a la finca El Rincón. José Velasco | Europa Press

Otra de las incógnitas era el estilismo de la madre de la novia, Isabel Preysler, que llegó a 35 minutos de la boda con un vestido verde con flores estampadas. También escogió a la firma de su amiga Carolina Herrera, con quien compartió juergas en los 80 en el mítico club neoyorquino Studio 54. Se trata de un traje «muy colorido con el que está maravillosa», adelantó Gordon.

La emocionada madrina, Carolina Molas, que no pudo contener las lágrimas en la ceremonia, se decantó por unos pendientes de Páramo Vintage que finalmente adquirió tras la polémica del robo de joyas, unas piezas que se salvaron porque las mandaron a limpiar y no iban en el vehículo asaltado. La madre del novio lució un vestido plisado de un modista infalible, Lorenzo Caprile, aunque no está teñido de su popular rojo sino en azul petróleo. En esta elección estuvo asesorada por uno de los mayores expertos en moda del país, Eloy Martínez de la Pera.

Caprile también fue el escogido por una de las hermanas de la novia, Xandra Falcó. Ana Boyer, sin embargo, quiso hacer un guiño a su hermana luciendo un diseño de su firma. Sus hijos, fruto de su matrimonio con el tenista Fernando Verdasco, Miguel, de 4 años y ahijado de Tamara; y Mateo, de 2 años, ejercieron de pajes de la boda.

Los invitados Nuria Roca y Juan del Val, a su llegada a la ceremonia.
Los invitados Nuria Roca y Juan del Val, a su llegada a la ceremonia. Sergio Pérez | Efe

Un enlace de postín que, como no podía ser de otra manera, ha contado con cócteles realizados a medida para el evento, al igual que el menú, del chef Eneko Atxa, que ostenta cinco estrellas Michelin. El maestro ha estado acompañado por 45 cocineros del restaurante Azurmendi para que todo salga a pedir de boca. Justo después está preparado el momento del tradicional baile, para el que los novios han contado con la ayuda de Lola González, conocida por el gran público como directora de la academia del popular programa Fama, ¡a bailar!

Una boda esponsorizada

Los vestidos de Tamara son el secreto mejor guardado de una boda esponsorizada de arriba a abajo, desde el champán a la laca de uñas que luce la novia. Y aunque, con cuentagotas, se vayan conociendo muchos de los detalles del enlace, el suculento cheque que ha extendido la revista de cabecera de la familia Preysler para quedarse con la exclusiva obliga a proteger con uñas y dientes las imágenes del evento. Por esa razón no están permitidos los móviles, que deberán dejarse en unas taquillas colocadas en el interior del palacio.

Y es que es la última boda que levantó tanta expectación y estuvo tan bien pagada como la de Tamara -se especula que entre medio millón y más de un millón de euros- fue la de Borja Thyssen y Blanca Cuesta, hace ya más de 15 años. La revista del saludo, para evitar filtraciones, adelanta su publicación del miércoles al lunes.

Lo que aún parece que no se ha decidido es si en la portada saldrán solo los novios o si la familia Preysler también será protagonista. Tan solo faltará Enrique que, como explicó ayer Julio José en una entrevista en televisión, «no viene porque a mi hermano no le gustan las bodas».

Preboda de lujo

El pistoletazo de salida al deseado baile de la aristócrata fue la preboda que se celebró en el lujoso hotel Ritz de Madrid. Por una alfombra roja digna de un relevante estreno de cine desfilaron algunos de los más de cuatrocientos invitados. Eugenia Martínez de Irujo, una flamenca Vicky Martín Berrocal, Isabelle Junot, Carolina Adriana Herrera o el diseñador Juan Avellaneda fueron algunos de los populares rostros que acompañaron a la pareja.

Tamara Falcó e Íñigo Onieva, tras celebrar la fiesta de preboda.
Tamara Falcó e Íñigo Onieva, tras celebrar la fiesta de preboda. Francisco Guerra | Europa Press

Íñigo acudió muy informal, con vaqueros, mientras que Tamara estaba resplandeciente con un elegante y original traje dos piezas blanco diseñado por ella misma para su firma, TFP by Tamara Falcó, en colaboración con Pedro del Hierro. Un conjunto que está rebajado al 60 % y aún se puede conseguir en algunas tallas por 174 euros. Como guinda al look, discretas joyas de Tous y zapatos y bolso de Aquazzura.