Las bodegas intensificaron su apuesta por la calidad desde la tradición
15 abr 2024 . Actualizado a las 05:00 h.San Miguel de Sarandón (Vedra) ha vuelto a reivindicarse como el mejor escaparate para la subzona vitivinícola del Ulla, que vivió su fin de semana más importante del año con la celebración de la fiesta de exaltación de estos vinos, en pleno crecimiento tras formar parte de la Denominación de Origen Rías Baixas. Con el guiño a la memoria de la gran bota gigante de vino, que desde la pandemia se ha convertido en un símbolo de los orígenes de la fiesta, la degustación de los caldos de las doce bodegas participantes solo pudo hacerse en los preceptivos catavinos de cristal distribuidos por la organización por tres euros, que se quedaban en 50 céntimos si se devolvía la copa. Para acomodar el estómago y maridar con los caldos del Ulla la oferta gastronómica de tapas no fue muy variada, pero sí de arraigo y calidad: queso de Arzúa (acompañado o no por arándanos, anchoas, miel o membrillo), porco celta, vaca cachena y jamón. Y para consumos más vinculados al concepto de comida rápida también había perritos calientes y hamburguesas, además de churrasco y pulpo.
Con semejantes viandas y tras la apertura al mediodía del recinto, el campo de la fiesta enseguida se llenó de vecinos y foráneos, que en muchos casos hicieron una cómoda su ruta para probar varios caldos bajo la carpa, que ayudó a sobrellevar las elevadas temperaturas que se mantuvieron durante todo el día. Al buen tiempo aludió el alcalde de Vedra, Carlos Martínez, al señalar en su discurso todas la bondades que tiene la Festa de Exaltación do Viño da Ulla para conseguir la declaración de Festa de Interese Turístico, un sello que hasta ahora se le ha escapado a la cita de San Miguel de Sarandón por los cambios de criterios, que ahora inciden especialmente en la calidad de las propuestas, algo que en esta exaltación vinícola se consolida de año en año.
Los caldos Castro de Balar, Chouzal y Alargo, ganadores de la cata oficial
La organización de la fiesta incorporó hace seis años una cata oficial para elegir los mejores caldos que se presentan al concurso. Y este año tres bodegas amparadas en el municipio de Teo han resultado las ganadoras tras una selección realizada el sábado en el Pazo Vista Alegre. El primer premio le correspondió al albariño monovarietal Castro de Balar, de la bodega Alba, ubicada en Rarís. El segundo premio fue para el vino Chouzal, de la bodega teense del mismo nombre, un caldo que el año pasado fue el ganador de la cata. Y el tercero se lo llevó Alargo, de la bodega Gómez y Rial, ubicada en Piro.
Arzúa se coló en la agenda por obra y gracia del pregonero
Antes de que la fiesta encarase la tarde, el palco de San Miguel de Sarandón se llenó de autoridades de los concellos de la subzona del Ulla (Vedra, Teo, Boqueixón, Touro, A Estrada, Silleda y Vila de Cruces). También de Turismo de Galicia y la Diputación. El regidor de Vedra agradeció su presencia, pero especialmente quiso reconocer el trabajo y apoyo del diputado provincial Xosé Regueira, durante años responsable del área de Cultura de la Diputación. Carlos Martínez puso como ejemplo a este concejal del BNG de Carballo de la buena sintonía que debe existir entre administraciones y cargos de distinto color político que comparten el mismo interés en contribuir a la promoción de los municipios de la provincia.
Esta parte del discurso del alcalde anfitrión fue uno de los hilos conductores del pregón ofrecido por Fran Cañotas, popular presentador de Televisión de Galicia, que arrancó numerosos aplausos y risas por su irreverente intervención. Tomando como punto de partida uno de los textos del programa de la fiesta, en el que se vincula el pan y el vino con el Camino, presumió de origen arzuano y completó el dicho diciendo que «con pan, queixo e viño, faise un bo camiño». Y no sol eso, ya que en pleno pregón llamó por teléfono al regidor arzuano, Xesús Carril, recordando su pertenencia al BNG para tomar así la palabra de Carlos Martínez. Y no solo eso, ya que Cañotas también le pidió apoyo al alcalde arzuano para que la cita de Vedra alcance el mismo reconocimiento turístico que la Festa do Queixo de Arzúa consiguió hace años. Y como cabía esperar, la respuesta de Carril al otro lado del teléfono a pleno altavoz no pudo ser otra que un sí.