El nuevo coro de Santiago donde cantar ayuda a recobrar la voz después de un daño cerebral

SANTIAGO CIUDAD

CEDIDA

La logopeda Sara Caballero dirige esta actividad del servicio de atención diurna terapéutica de la asociación Sarela en la que participan 12 usuarios

27 mar 2024 . Actualizado a las 13:10 h.

Todos los jueves por la tarde se juntan una docena de cantantes aficionados en Santiago para dar el do de pecho como parte de un coro muy especial. Lo forman personas con daño cerebral adquirido, 12 usuarios de la asociación Sarela. Para ellos cantar no es solo una forma de relacionarse y pasar un buen rato sino también de recobrar su voz. A unos, como a Mati (la única mujer del conjunto vocal), les ayuda a subir el volumen al hablar porque tienen un tono muy bajo. A otros, en la vocalización, entonación o articulación. Entre estribillos y ejercicios vocales van ganando poco a poco terreno a las secuelas que les ha causado el daño cerebral a nivel comunicativo, una función «súper importante en todas las actividades y en su día a día», destaca Sara Caballero.

Esta benaventana, afincada en A Coruña, lleva trabajando un año y tres meses en Sarela como logopeda y fue quien sugirió realizar esta actividad, puesta en marcha a comienzos de año por el servicio de atención diurna terapéutica. «Yo cantaba en un coro cuando era joven y tenía ese gusanillo. Antes de las Navidades celebramos una asamblea para proponer nuevas actividades y planteé la idea de crear un coro no solo para las personas que necesitan trabajar patologías específicas sino también para otros que no tienen problemas en la voz. Me parecía que era una manera diferente de conseguir avances a nivel comunicativo, en el área del lenguaje y la voz, de una forma más dinámica y divertida. Es una actividad lúdica y terapéutica en la que trabajamos competencias a través de las músicas», explica la logopeda y directora del Coro de Sarela.

Aclara que todos los miembros de esta formación asisten voluntariamente y cuenta entre ellos con un usuario que estudió solfeo y tocó el fagot en el Liceu de Barcelona, Justo, «en el que me apoyo y me ayuda a trabajar diferentes técnicas». La primera canción que aprendieron a interpretar fue una que ellos mismos escogieron, Color esperanza, de Diego Torres. «Como di a letra, hai que sacar os medos e atreverse a facer», dice en el blog de la asociación un grupo de componentes de este coro.

«Estamos intentando mellorar a nosa entoación e facemos exercicios de respiración, movemento da lingua e das cordas vocais... Para que vos fagades unha idea, un dos exercicios consiste en inflar un globo, tentar mantelo inflado un tempo na boca e taponando a boquilla do globo coa lingua para que o aire non se escape. Despois deixamos que o aire escape do globo pouco a pouco. Nesta actividade colaboramos cos compañeiros a través da cabeza e o corpo. Gústanos moito e a recomendamos polo bo ambiente que se crea entre todos  e tamén  polo benestar físico, mental e emocional. Oxalá a interpretación desta canción sexa todo un éxito e, se non, seguiremos intentándoo», afirman Marian, Victorino, José Ángel, Manuel, Antonio, Jose Antonio y Joaquín.