Subirse a la bici

Ignacio Carballo González
Ignacio Carballo LA SEMANA POR DELANTE

SANTIAGO

14 abr 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

La puesta en marcha, este lunes, del servicio de préstamo de bicicletas para uso intercampus universitarios debe ser el punto de partida definitivo hacia la puesta a disposición de la ciudadanía en general, y no solo la universitaria, de este medio de transporte. Pasados quince años del intento de implantar un servicio de alquiler de bicis por parte del Concello, el plan piloto éBici que lanza ahora la USC con el apoyo de Raxoi no puede fallar. Aquel intento del 2008 fracasó porque empezó a construir la casa por el tejado, y ahora el proyecto de San Xerome parte modestamente, con solo veinte bicis y cuatro estaciones de recogida y depósito, pero con la voluntad de dar nuevos pasos a la medida de la respuesta de los usuarios, cuyo perfil es de los más proclives. Y en esta ocasión no puede fallar porque Compostela arrastra un retraso de décadas en la normalización de la bici. No solo respecto a las ciudades europeas más avanzadas, sino a muchas españolas o gallegas. Véase el caso de A Coruña, que dispone de unos cincuenta kilómetros de vías ciclables y donde el uso del servicio municipal de préstamo de bicicletas funciona estupendamente, o al menos eso parece a la vista de su uso por un público de toda condición y edad. Sí, A Coruña tiene ventaja por el carril-bici que recorre la práctica totalidad de su fachada marítima, y Santiago es una ciudad difícil por su urbanismo, sus cuestas, sus lluvias y por el casco monumental. De acuerdo, pero no es solo eso: en A Coruña hubo una apuesta decidida por la bici, mientras en Santiago se pintaban tramitos en vías urbanas de forma deslavazada e inconexa, que nadie utilizó nunca. La coherencia para impulsar la bici llega a la capital de Galicia, desde el punto de vista de las infraestructuras, con las sendas que ha comenzado a construir la Xunta y que cruzarán la ciudad desde la periferia comunicando servicios estratégicos, y con las que habilita el Concello. Con limitación de velocidad a 30 y 20 km/h en el casco urbano, también son alternativa los ciclo-carriles señalizados, aunque sin la seguridad del carril-bici separado de los coches. Con infraestructura adecuada y un buen servicio de préstamo, Santiago también se subirá a la bici. La propuesta de la USC, de momento gratuita, es un buen punto de arranque.