Aitana Míguez, consejera de la Oficina Comercial de España en Yakarta: «Disfruté estudiando la oposición y aprendí un montón de mí misma»

Manolo Fraga SANTIAGO / LA VOZ

SANTIAGO

PACO RODRÍGUEZ

Esta santiaguesa destaca que sus expectativas fueron superadas «con creces» en Indonesia

28 mar 2024 . Actualizado a las 21:41 h.

Es técnico comercial y economista del Estado por oposición y, desde el 2021, consejera de la Oficina Económica y Comercial de España en Yakarta. Sin embargo, el primer destino de Aitana Míguez Cillero (Santiago, 1991) fue el Ministerio de Economía: «A trabajar se aprende trabajando, por mucho que hayas estudiado. Me adapté bien y estuve muy a gusto». Pero su interés por ejercer en el extranjero la llevó pronto a la capital de Indonesia, donde vio superadas «con creces» sus expectativas. «Conocía Filipinas de un viaje que había hecho y pensé que Yakarta sería como Manila, pero nada que ver una vez que estás allí. En su área metropolitana viven treinta millones de personas. Es una ciudad súper dinámica y el motor económico de Indonesia, un país que crece al cinco por ciento anual. Y eso se nota en el ambiente, todo va hacia arriba. Me encanta trabajar allí y soy muy feliz», afirma la joven santiaguesa.

Satisfecha con su trayectoria, Míguez señala que preparar la oposición fue una de las etapas más importantes de su vida, a la que dedicó tres años, tras titularse en Económicas y haber hecho un máster en Relaciones Internacionales en la USC. «Recuerdo con mucho cariño la oposición, porque ahí canalizas todos tus esfuerzos. Supone renunciar a muchas cosas, empezando por la posibilidad de trabajar —como mis amigas—, no ganas dinero, estudias entre ocho y diez horas diarias, es una vida dura… Personalmente aprendes un montón de ti misma, es un momento muy solitario y descubres dónde están tus límites. Y, claro, aprobarla es un punto de inflexión. Disfruté muchísimo estudiando la oposición, porque la pasión por lo que estudias es lo que permanece», advierte con rotundidad la profesional que hoy ostenta una elevada responsabilidad.

De los indonesios dice que son una gente maravillosa y «extremadamente» amables y serviciales: «Nunca recibirás una mala contestación, todo son sonrisas. Tienen unos valores que no son los nuestros. La comida me gusta mucho, porque es picante. El arroz es la base de todas las comidas, con verduras, pescado, pollo; también usan mucho el plátano y el coco. El arroz frito es el plato tradicional». Sin embargo, Aitana confiesa echar de menos entender lo que dice la gente por la calle y la sensación de control de saber moverte por la ciudad. «A veces me abruma la gran ciudad y no tener la cercanía con mi entorno cultural. Pero me gusta explorar sus barrios, callejear con la mente limpia y libre de prejuicios. Es un país muy seguro. Ya traje a mi familia y le gustó muchísimo», destaca con entusiasmo de un país donde la vida es más barata, pero Yakarta es «tan cara» como Madrid, matiza.

«No creo que vuelva a Galicia y supongo que me estableceré en Madrid, aunque mi idea es volver a salir al extranjero en el futuro. He aprendido muchísimo fuera, porque todo es más complicado, empezando por el propio idioma, las costumbres religiosas y una sociedad muy distinta. Tuve que enfrentarme a alguna situación incómoda, pero la mujer en Indonesia está muy presente en los círculos empresariales y de poder. No es un país especialmente machista», indica.

Aitana estudió en el colegio La Salle y, luego, cursó el Bachillerato Internacional en el IES Rosalía de Castro. «Le tengo mucho cariño al instituto y a la plaza de la fuente. Me parecía un lujo estudiar en ese centro. Conservo las amigas que hice allí y también las del colegio. Esta Semana Santa las veré y siempre quedamos en la fuente. La cantidad de cosas que han escuchado esos bancos: exámenes, quedadas, confidencias», confiesa esta economista que, tras las vacaciones, regresará a Yakarta. Dieciocho horas de vuelo y otras seis de diferencia horaria. Una mujer con talento y determinación.