Meixonfrío acabó sus fiestas y el Tabaniscas echó el cierre

x.r. santiago / la voz

SANTIAGO

Álvaro Ballesteros

La popular taberna clausuró su actividad debido a la crisis y una vez que la masiva verbena del barrio apagó su bullicio

29 sep 2014 . Actualizado a las 05:00 h.

El barrio de Meixonfrío cerró ayer, por todo lo alto, el ciclo de fiestas patronales de este año. Fue una cita muy concurrida con una primera noche multitudinaria. La presencia de Combo Dominicano en el programa hizo que la carretera de A Coruña y las pistas colindantes fuesen una procesión romera de jóvenes hasta el escenario del baile, en el eje vial del barrio.

Ayer la procesión fue religiosa, la tradicional, con centenares de personas desfilando detrás de San Miguel Arcángel al mediodía entre San Caetano y O Cruceiro de A Coruña, sede de los festejos. Fue una marcha impresionante, con dos elencos musicales presentes en el recorrido. El propio alcalde Agustín Hernández debió quedar tan obnubilado que se le caló durante varios largos segundos el coche que él mismo conducía en la cuesta de Xoán XXIII.

El ambiente desbordó Meixonfrío durante los tres días que duraron las fiestas, y los establecimientos de la zona se vieron muy frecuentados. Entre ellos el bar Tabaniscas, repleto de festeiros en la jornada de ayer y un jolgorio inusual. En realidad, era el canto del cisne de la popular taberna cuyo nombre coincide con el de la calle en la que se asienta, como si fuese su epónimo y no al revés.

El Tabaniscas echó el cerrojo una vez finalizados los festejos. El titular del negocio, Antonio Camino, ha hecho lo mismo que muchos otros hosteleros desbordados por la crisis. Si el local no da, pues no da. Y el barrio pierde una de sus parroquias y uno de sus puntos de encuentro emblemáticos, donde la afición futbolística brilló con luz propia.

El otro establecimiento tradicional y mítico de la zona, Casa Cruz, también tuvo su momento de reposo porque a su anterior dueño las cuentas no le cuadraban, y hace poco arrancó con un nuevo timonel, hostelero e hijo de hosteleros. Cerca, pervive el Gigirey, con su toque añejo.

El barrio está esperanzado de que eso mismo le ocurra al Tabaniscas y su cierre no sea prolongado, aunque los tiempos no permiten augurar nada. El Tabaniscas es una institución en el corazón de Meixonfrío y, curiosamente, su ya extitular Antonio portó el estandarte en la procesión de San Miguel Arcángel en el 2011, arropado por el alcalde y cuatro concejales. Camino regenta, muy cerca, el restaurante A Nosa Terra.

Crónica