Adiós al doctor Luis Pérez-Bello Fontaíña, el alma pontevedresa del Hospital de Jerez

Alfredo López Penide
López Penide PONTEVEDRA / LA VOZ

PONTEVEDRA CIUDAD

Luis Pérez-Bello Fontaíña, en una imagen cedida por la familia
Luis Pérez-Bello Fontaíña, en una imagen cedida por la familia

«Qué un hospital entero te considere un referente, un líder nato, silencioso, sin pretensiones, conseguido a través de su ejemplo... Eso es éxito», escribió un profesional del centro sanitario

14 feb 2024 . Actualizado a las 17:42 h.

 «Era un gran amigo de sus amigos. Sus amigos lo querían mucho. Era una persona que se hacía querer, que es algo que me dijo un amigo suyo. Le encantaba Pontevedra a pesar de que Andalucía pudo más, pero él siempre volvía a Pontevedra en sus veranos. Nunca dejó de volver». Con estas palabras Paco Pérez-Bello Fontaíña recordó este miércoles a su hermano Luis, recientemente fallecido. 

Nacido en Pontevedra en el seno de una familia de ocho hermanos, Luis Pérez-Bello, quien cumpliría en apenas unos días 69 añosera de esas personas que «pasan de puntillas, pero al que todo el mundo quiere mucho». Al evocar a su hermano que fue abuelo hace unas dos semanas, Paco no puede evitar asegurar que le recordaba «a su abuelo Luis Fontaíña, quien fue decano del hospital, presidente de la Diputación de Pontevedra durante la República, diputado en Cortes y también médico. «Me recordaba mucho porque era un hombre carismático como él, cariñoso y buena gente», añadió.

Licenciado en Medicina y Cirugía por la Universidad de Santiago de Compostela, Luis Pérez-Bello estudió previamente en el Sagrado Corazón y en la Inmaculada. Casado con una jerezana, a lo largo de los últimos cuarenta años estuvo vinculado al Hospital de esta localidad gaditana. Primero, en Urgencias, donde permaneció durante bastantes años para, posteriormente, pasar a la uci. «Allí solo hizo amigos -remarca Paco-. Me quedé sorprendido en su funeral por la cantidad de gente que se me acercó, desde su amigo en el supermercado hasta una pandilla que tenía», remarcó insistiendo en que «era un gran pontevedrés que se enamoró de Andalucía».

Luis Pérez-Bello, junto a su hermana Silvia
Luis Pérez-Bello, junto a su hermana Silvia

Era, en definitiva, «de esa gente que se hace necesaria, gente que se echa mucho de menos». En esta imagen se le ve acompañado de Silvia, su hermana y ahijada, que falleció en mayo y con quien tenía un vínculo muy especial. Tiene dos hijas y hace un mes nació su primer nieto.

Carta al Hospital de Jerez

Prueba del cariño que deja Luis Pérez-Bello está el mensaje compartido en el perfil de Facebook el Área de Gestión Sanitaria de Jerez, Costa Noroeste y Sierra de Cádiz, escrito por un profesional anónimo de este centro hospitalario: «Muchos buscamos tener una vida plena, exitosa, vivida… Estos días nos ha dejado alguien especial, un ser de luz, con nombre propio… Un grande de nuestra época.

Nuestro querido Luis Pérez nos ha abandonado físicamente. Especifico físicamente porque alguien tan inmensamente grande nunca va a desaparecer. Qué cada persona que lo ha tratado tenga un recuerdo feliz, con anécdotas graciosas y se te ensanche el corazón al pensar en él… Eso es éxito.

Qué un hospital entero te considere un referente, un líder nato, silencioso, sin pretensiones, conseguido a través de su ejemplo… Eso es éxito. Luis creó escuela. Su llegada al hospital supuso otra esfera en el ejercicio de la Medicina, tanto en el trato al paciente y las familias, su cuidado, su asertividad, la seguridad que transmitía, como en los compañeros, a los que de forma continuada ayudaba. Una guardia con él significaba que, además de aprender, las risas estaban aseguradas y la certeza de que no te iba a dejar sola te acompañaba. Tuvo una relación especial con cada trabajador del hospital. Eso es éxito.

Recuerdo cuando estaba rotando con él en Observación de residente, decirle: 'Pero Luis, ¿cuánto de grande es la casa?'. Porque no había día que atendiera a menos de cuatro trabajadores, además de su trabajo ordinario. Ayudó sin límites y sin mirar a quién. Eso es éxito.

Qué en su funeral todos los presentes pasáramos de las lágrimas a las carcajadas al recordar vivencias con él, eso es éxito. Éxito es tener la familia que creó, incluyendo a sus yernos y al pequeño gran último miembro de su familia, que se parece a él. Ser las hijas, la mujer, el nieto de Luis Pérez son títulos honoríficos de una envergadura incalculable. Llevan su carisma y grandeza en su corazón. Éxito es que las personas quieran parecerse a ti.

Lo bueno de esta tragedia es que Luis es tan grande que deja un pedazo de su aura en cada uno de nosotros, y por ello el hospital Universitario de Jerez es mejor hospital. Imposible hablar de Luis sin nombrar a Ángel Estella, su discípulo. Desde que lo conoció no se separó de él. Son un tándem. A través de él, que toma el relevo, intentaremos mantener su estela. Éxito es tener una amistad tan pura, tan inquebrantable, tan leal y tan llena de valores y momentos felices vividos como la que ellos tienen. Éxito es ver una ciudad derrumbada por la tristeza, por el sentimiento de injusticia, porque al final es cierto que siempre se van los mejores. En este caso, sin duda alguna, se va el mejor, nuestro ejemplo a seguir. Siempre seguirás vivo porque tu grandeza está dentro de cada uno de nosotros. Qué éxito de vida, amigo. Te queremos Luilli, Gallego, Tito Luilli, Ancelotti».