Setenta años con las zapatillas puestas

Nieves D. Amil
Nieves d. Amil PONTEVEDRA / LA VOZ

PONTEVEDRA CIUDAD

Ramón Leiro

Empezó de niño a correr y fue la cara visible de la Gimnástica durante más de dos décadas

28 dic 2020 . Actualizado a las 14:34 h.

Ramón Touza se puso unas zapatillas de correr cuando todavía no había cumplido los diez años y ahora que peina ya los 79 sigue enfundándoselas para bajar cada día a caminar, a correr o a andar en bici, pero tampoco descuida la navegación. Es un deportista todoterreno por mar y tierra. El que fuera durante 23 años presidente de la Sociedad Gimnástica de Pontevedra sigue vinculado al deporte en el fondo y en la forma.

Desde que hace tres años dejó de ser la cara visible del club se dedica a ejercitarse por su cuenta sin la presión de tener que organizar el día a día de un club que tiene a su equipo masculino en División de Honor y al femenino, en Primera División. Y es eso, haber llegado a lo más alto con estos clubes lo que más alegra a Ramón Touza. «Llegamos a ser cuartos en la liga de clubes de España, ese es el mejor recuerdo de mis años en la presidencia», apunta el atleta, que este año participa en esta edición tuneada por el covid de la San Silvestre. Los que quieran unirse al reto se pueden anotar hasta el 15 de enero y hacer algunas de las rutas urbanas en solitario o acompañado de tu familia. Pues bien, Ramón Touza, como no podía ser de otra manera, se ha unido a esta carrera navideña. «Las hago trotando, caminando o en bicicleta, todos los días que puedo, recorro una y debo de llevar ya cuatro o cinco», apunta marino retirado.

Durante muchos años no pudo participar en la San Silvestre. Era un fijo casi siempre antes de llegar a la presidencia de la Gimnástica, pero después tuvo que estar del lado de la organización y la veía detrás de la valla. Ahora, mucho más relajado, disfruta de la prueba, aunque el covid haya trastocado su esencia. Durante su etapa como presidente esta prueba cogió más auge, pero ya se hacía desde mucho antes de que el cogiese el mando del club organizador del evento tradicional de cada 31 de diciembre. «Antes se corría, pero cuando asumí la presidencia fue una preocupación más. Se cogió el bum de correr y se fue apuntando cada vez más gente», recuerda Ramón Touza. En las últimas ediciones ya eran cerca de siete mil personas las que salían a despedir el año corriendo.

Este atleta pontevedrés casi no recuerda cuando se inició en este deporte. Calcula que no había cumplido los 10 años cuando empezó con sus primeras carreras. Echa la vista atrás y reconoce que el atletismo de entonces poco tiene que ver con el actual. «Ahora es más fácil correr, pero los deportistas tienen tanto mérito como antes. Cambió el método, las instalaciones y hasta las zapatillas. Corríamos con unas de esparto y no había tartán», recuerda Ramón Touza, que agradece las comodidades de ahora, aunque no resta mérito a ninguno.

Si tuviese que escoger a una figura dentro del atletismo se fijaría en el velocista Usain Bolt. Él fue tres veces campeón de España de veteranos, pero también participaba en las pruebas de la Marina, a la que perteneció en su carrera profesional.

Touza es fondista o medio fondista. Es marino y cuando ingresó, empezó con el medio fondo, pero después ya fue pasando a los diez mil y a las medias maratones. Incluso llegó a probar en maratones, pero se sentía tan cómodo. Con la experiencia que le da haber estado tantos años al frente de la Gimnástica, asegura con rotundidad que hay cantera de sobra para seguir triunfando en esta disciplina, tanto en la categoría masculina como en la femenina. «Hay base, pero los mejores, cuando empiezan a despuntar, se van para el Playa de Castellón, Maratón o Barcelona, que son los clubes más importantes», señala Touza, quien recalca que las chicas de la Gimnástica «tienen un equipiño xeitoso, pero siempre dependemos de las lesiones». El ascenso de las chicas fue uno de los logros que más disfrutó en su carrera deportiva. Llegó a la presidencia en el año 1994 después de que Juan Romero y Gonzalo Méndez fuesen a hablar con él para animarle a dar el salto a la dirección del club. «De esa etapa solo tengo buenos recuerdos, las cosas malas se olvidan. Yo al atletismo le debo tener muchos amigos», explica Touza, que en el 2017 decidió poner fin a esa etapa y cedió el testigo a Charo Castro, que siempre estuvo vinculada al club. Aunque es de los que cree que cuando alguien se retira, debe dejar el camino libre al resto, «estoy ahí por si me necesitan, pero las decisiones las toman ellos».

Ramón Touza se reparte ahora entre el mar y la tierra «porque las dos cosas son buenas». Eso sí, aunque disfruta practicando ambas, reconoce que navegar le cansa más que correr. «En una de las regatas de Pontevedra a Ribeira, cuando llegué me tuve que tumbar en el barco de lo agotado que estaba y eso nunca me pasó corriendo», asegura una de las figuras más reconocidas del atletismo pontevedrés.