Domingo González, periodista: «Con la nueva FM, el programa musical de Charli Domínguez fue un éxito»

Charli Domínguez influyó musicalmente de forma determinante en toda una generación de ourensanos y no solo por ser una pieza clave en el mítico grupo Los Suaves. A finales de los ochenta, el músico protagonizaba un programa de radio, El lobo urbano, que moldeaba los gustos de los jóvenes y el periodista Domingo González fue clave para impulsar esa propuesta.

Nacido en A Teixeira en el año 1957, su padre emigró siendo él muy joven. Cursó sus estudios universitarios en Barcelona y, tras sacarse las oposiciones, empezó su carrera profesional en Santander. Sin embargo, la mayor parte de su trayectoria tiene a Galicia como escenario. En 1985 pidió su traslado a A Coruña y un par de años después le ofrecieron la dirección de Radiocadena Española en Ourense.

«Fue una experiencia corta, pero muy bonita porque pusimos en marcha la FM, que no funcionaba como debía, y aquello era una maravilla para la música», explica González, que recuerda que fue entonces cuando más éxito tuvo el programa de Charli Domínguez. Poco tiempo después , Domingo González regresó a A Coruña como director de la radio en toda la comunidad. Allí puso en marcha las 24 horas de Radio 4 y El lobo urbano pasó también a esa plataforma, aunque el programa seguía emitiéndose desde Ourense.

La «explosión» informativa

Más tarde, ocupó diversas responsabilidades entre A Coruña y Santiago en Radio Nacional de España y RTVE, una amplia experiencia que coloca a González como un referente del periodismo en Galicia. Además, ha escrito dos libros y el último —La radio informativa en España, de la censura a la libertad— acaba de presentarlo en Ourense. Es un tema que le apasiona y que puede contar en primera persona. «La censura en la radio está desde octubre de 1939 que la impone Franco hasta octubre de 1977. Eso significaba que no se podía dar ni una sola información que no fuese autorizada previamente por el censor de turno. Así, el monopolio de la información nacional e internacional dependía de Radio Nacional», explica González.

Con la Transición se pasó del antiguo «parte» a una verdadera explosión periodística. «Todo el mundo quería hacer informativos locales, nacionales e incluso internacionales, todas las cadenas. Había ansias de libertad en todos los aspectos de la vida, no solo en la radio. Fue una época muy bonita, en la que todo estaba por hacer», explica el periodista ourensano, que destaca la buena salud del medio: «La radio es imbatible. No la mató ni la televisión, ni el vídeo VHS ni el Betamax, ni tampoco las plataformas de streaming ni las redes sociales. Sigue ahí y seguirá».

Precisamente, Domingo González confiesa que no tiene Twitter, Facebook ni nada parecido. «No creo en las redes sociales, no las tengo y no me interesan. Cualquier persona que quiera informarse no debería acudir a ellas. ¿Puede haber alguna fiable? No lo sé, no digo que no, pero la mayoría no lo son. Las redes sociales no son para informarse, son para otras cosas», explica González, que subraya la fiabilidad de los medios de comunicación «tradicionales», a quienes se puede llamar para pedir responsabilidades si la información no es correcta, por ejemplo.

En la presentación de su libro en Ourense estuvo arropado por colegas de profesión como Malena González y Paco Sarria y tuvo la oportunidad de volver a una ciudad donde desarrolló una parte de su extensa carrera periodística.

 

El periodista sigue con interés la política ourensana

Domingo González viene con frecuencia a Ourense, especialmente a A Teixeira, donde conserva una casa familiar. «Lo que siento mucho de esta provincia es que se está muriendo. Vas por la carretera N-536 en dirección a Trives, no ves ningún coche y dices: ‘Pero bueno, ¡qué está pasando aquí!' El otro, día hablando con unos ganaderos de Castro Caldelas, me decían que llegamos tarde ya, que ni con dinero se arregla esto», lamenta el periodista, que sigue con atención la actualidad política ourensana. «Me interesa mucho saber qué va a pasar en estas elecciones sin la familia Baltar ahí», dice González, que se pregunta si las bases del PP «trabajarán lo mismo que antes o no». También le llama la atención el fenómeno Gonzalo Pérez Jácome. «Una ciudad como Ourense, de 100.000 habitantes, no se puede permitir un alcalde como este. Ahora bien, la culpa no es solo suya, también de los demás partidos», dice González, que supo de la moción en la que Democracia Ourensana arremetía contra los profesionales del periodismo: «Dice que va contra los medios que no publiquen la verdad, pero ¿qué verdad? La suya, supongo».

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