Red de carreteras del Estado en Galicia: dejadez y abandono absolutos

Ramón Alonso PRESIDENTE DE FEGATRAMER (FEDERACIÓN GALLEGA DE TRANSPORTE DE MERCANCÍAS)

OPINIÓN

MABEL RODRÍGUEZ

13 mar 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

Resulta sorprendente, por no decir incomprensible, el anuncio del Ministerio de Transportes que limita sus previsiones de intervención en Galicia a unas puntuales actuaciones en la A-6, eso sí, sin mencionar ni comprometer plazos en relación con el viaducto pendiente de ejecución.

Las principales vías de comunicación de Galicia con la meseta (A-6 y A-52 y N-120) y con el norte de España (A-8) se encuentran en un absoluto estado de abandono por parte del Ministerio de Transportes. La A-54 sigue ejecutándose con cuentagotas (basta recordar que el primer tramo, Santiago-Lavacolla, es del siglo pasado) y lo que es evidente es que a este ritmo de ejecución no estará finalizada este año 2024.

Hace dos años se derrumbaba el viaducto de la A-6 (en O Castro) y, entre otros compromisos con Galicia, el ministerio prometió informarnos de la causa del derrumbe, que en el 2023 estaría operativo el viaducto en dirección Madrid, en el 2024 en dirección Galicia y que de modo inmediato se articularía una solución provisional para la zona de Pedrafita, proponiendo desviar tráfico por la N-120 y salir a la meseta por O Barco de Valdeorras y hacer un vial de desvío.

Desde Fegatramer se le planteó la inconveniencia del desvío previsto (por su excesiva pendiente, que padecimos en el invierno del 202 ) y la imperiosa necesidad de reparar el firme de la A-52 (única autovía operativa hacia la meseta), de la N-120 (que el ministerio proponía como alternativa), así como el de la propia A-6. Todas ellas con el firme en un lamentable estado de conservación. El secretario de Estado de Infraestructuras se comprometió a que de modo inmediato se repararía el firme de la A-52 y se actuaría sobre las zonas deficientes de las otras vías.

Dos años después, en la A-6, si bien se ha abierto el viaducto en dirección Madrid (aún pendiente de impermeabilización, reparación de taludes y otros acabados), nada se ha hecho en relación con el firme, que sigue impracticable (en especial, en la salida de Arteixo y desde Baralla a Benavente). Del viaducto en dirección Galicia nada sabemos, ni sobre las previsiones de ejecución y acabado.

En la A-52 no se ha acometido ninguna actuación (el firme en la zona de Xinzo de Limia, Verín y toda la salida de Ourense a Zamora, incluso el tramo Puebla de Sanabria-Benavente, están gravemente dañados) y lo mismo ocurre con la N-120, que sigue en un estado lamentable, constituyendo estas deficiencias del firme un verdadero problema para la seguridad vial, en especial para los camiones.

A pesar de los muchos anuncios y compromisos, seguimos pagando unos peajes brutales en la AP-9 y en la AP-53, y la A-8, además de problemas de firme, carece de áreas de descanso. Para el sector de transporte de mercancías el balance es muy negativo y una vez más se pone de manifiesto que Galicia no está entre las prioridades del Ministerio de Transportes ni de este Gobierno.