Galicia y sus retos económicos

Carlos Sánchez-Tembleque Ponte PROFESOR EN LA ESCUELA UNIVERSITARIA DE RELACIONES LABORALES DE LA UNIVERSIDAD DA CORUÑA

OPINIÓN

María Pedreda

01 feb 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

Galicia tiene un buen palmarés económico: a la cola de las regiones españolas en renta per cápita al inicio de la transición, junto con Andalucía o Extremadura, ahora converge con la media de España. Es un hecho único e insólito.

  

Y lo que está detrás de este avance es la diversificación y base amplia de su economía, potente peso del sector industrial y textil, que hacen de Galicia una región exportadora. Una pujante industria TIC (informática, audiovisual…), un sector primario líder en leche y carne con una incipiente y prometedora acuicultura, una industria maderera que va más allá de su obtención adentrándose en el tablero y pasta de papel, y además Galicia, supo trasladar a crecimiento la mejora de sus infraestructuras rompiendo su aislamiento y periferia.

En el 2023 Galicia se posicionó en las dos revoluciones industriales que marcan el futuro del planeta: las tecnologías de la información y el cambio de modelo energético. Estas son las oportunidades para el año 2024.

Con respecto al cambio tecnológico, el centro de esa industria está en la comarca de A Coruña de la mano de Inditex y Abanca. Esta industria TIC se encuentra entre las 10 primeras del Estado y se refuerza con la ubicación de la Aesia. Universidad, Xunta, Ayuntamiento y Diputación deben impulsar la Ciudad de las Tics para que esta industria sigue aumentando su peso en la economía de Galicia.

En el nuevo modelo energético de producción de combustibles no contaminantes como el hidrógeno o el metano, Galicia está bien situada por su fortaleza en la energía eólica y lo estará más de la mano de los fondos europeos Next Generation, ya que, según los Planes de Ordenación del Espacio Marítimo Eólico, Galicia dispondrá en la zona del cabo Prior del mayor espacio en la península ibérica, dos mil kilómetros cuadrados, para la instalación de molinos marinos.

Los nuevos puertos de A Coruña y Ferrol, junto con As Pontes y Meirama serán bases de esa nueva industria. Además, la reciente sentencia del Tribunal Supremo despeja trabas para el despegue. Falta ahora que Galicia quede conectada a la red europea del hidrógeno verde. El impulso del corredor de transportes del atlántico reforzará todo este proyecto al mismo tiempo que potenciará los puertos gallegos.

Pero se presentan más retos. Hay que desprenderse de la idea de que Galicia es una región rural; somos plenamente urbanos y hay que plantearse la ordenación del territorio en esa clave, elevando la dimensión municipal hacia una superior comarcal. Xunta y Estado deben potenciar las áreas metropolitanas motoras de Galicia, en especial A Coruña y Vigo, mejorando su movilidad e infraestructuras, así como elevar la dimensión de la gestión del sistema portuario unificando los cinco puertos de interés general en dos autoridades portuarias, como se ha hecho en Portugal.

Ambición, con la meta puesta en converger en riqueza ya no con España sino con Europa, evitando de esta manera la salida de población joven y formada hacia otras regiones y países. Los retos son enormes, pero es la única forma de luchar contra el gran problema no resuelto aún de Galicia y noroeste español: el envejecimiento y estancamiento poblacional.