La increíble historia de Fray Manuel Concha

José Tubío
Jose Tubio PROFESOR E INVESTIGADOR EN LA UNIVERSIDADE DA CORUÑA.

OPINIÓN

SIMÓN BALVÍS

27 ene 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

Cada vez que visitábamos a la abuela Esther, mi cabeza iba todo el camino, desde Santiago a Oirós (Vila de Cruces), pensando en su magnífica biblioteca. Esperando el momento de la sobremesa, para levantarme disimuladamente y dirigirme a una salita apartada en donde había una estantería que guardaba una colección única. Allí, el tiempo se paraba durante horas. La mayoría de los libros trataban temas religiosos. Algunos de ellos eran realmente antiguos, contando con casi tres siglos. Sin embargo, para mí, había en estos libros algo más interesante que la temática que trataban: sus anotaciones en los márgenes y a pie de página incluían nombres, localidades, fechas, y dibujos enigmáticos, los cuales resultaban muy atractivos para cualquier mente algo inquieta. En uno de los libros, el cual fue impreso hacia el año 1770, había una nota que decía: «Este libro es de Fray Manuel Concha». ¿Quién era este personaje que vivió en el siglo XVIII? Me podía la curiosidad, así que inicié una pequeña investigación que reveló una historia sorprendente: la de un monje agustino que llevó a cabo un acto heroico durante los primeros meses de la invasión napoleónica y luchó contra los franceses en la guerra de la Independencia.

El nombre completo del fraile era Manuel de la Concha. Natural de Galicia, profesó en el convento de san Agustín en Santiago de Compostela. Por algún motivo, durante un tiempo residió en el convento Agustino de Madrigal (Ávila), lugar en el que se encontraba cuando, el 25 de abril de 1809, presenció la ocupación del edificio por las tropas francesas que entraron en la ciudad. Los invasores lo tuvieron retenido en Ávila, al parecer por el pronunciamiento favorable que este hizo hacia el rey Fernando VII. El fraile supo ganarse la confianza de sus captores y estos le dieron un despacho para que entregara en Talavera al duque de Dalmacia; le prometían un obispado si cumplía con la misión. Sin embargo, Manuel Concha, tras comprender que se trataba de información sobre el movimiento de las tropas francesas, en lugar de cumplir el mandato, exponiéndose a graves riesgos, condujo la documentación al general español Álvarez de Castro, quien en recompensa le proporcionó medios para trasladarse a Andalucía. Desde allí se ofreció a luchar por la defensa de su patria contra los franceses. De hecho, su nombre aparece listado en las filas de la escuadra liderada por el «cura Tapia». Acabó su vida hacia el 9 de agosto de 1823 en el convento de Santa María Magdalena de Sarria.