Foi Deus

Manuel Blanco Desar
Manuel Blanco Desar EUROPA NOSTRA

OPINIÓN

María Pedreda

01 oct 2023 . Actualizado a las 05:00 h.

Sin ser experto en fados o fadistas, confieso que me impresionó Miguel Bandeirinha al interpretar Foi Deus, bastante más que la divina Amália y desde luego que la aggiornada Mariza. La poderosa voz de Bandeirinha, junto a la dulzura de la letra de este fado, lo elevan a otra dimensión. Alberto Janes lo escribió para Amália, sin duda, cuando pensó «Foi Deus, que deu luz aos olhos, Deu o luto as andorinhas, Ai, e deu-me esta voz a mim».

Portugal se eleva. En ningún otro Estado europeo se ve la armonía existente entre sus partidos de gobierno, entre un presidente conservador y un primer ministro socialista. Pero, además, es difícil hallar sobre todo tanta sensatez como en su actual partido gobernante. Así, Portugal va camino de reducir su deuda pública por debajo del 100 % de su PIB. Su ministro das Finanças, Fernando Medina, anterior presidente da Câmara Municipal de Lisboa, mantiene un rumbo seguro para hacer de esa república un ejemplo de solvencia.

Nada parecido podemos ver en el Estado vecino. En España todo lo oficial parece frivolidad y ocurrencia. Ensimismada en la edad del pavo, su casta partidista se está convirtiendo en un problema permanente para Europa. ¿En qué ayuda España a la Unión? Não sei, não sabe ninguém, comienza aquel fado. En qué ayudan los soliloquios de los fronterizos con Francia cuando pretenden imposibles que jamás serán reconocidos por París, aunque el Madrid oficial enrede con eufemismos.

España va al pairo, sin rumbo ni estrategia, apuntalada por una Unión debilitada pero que resiste. Federarse con Portugal, poner la nueva capital en territorio luso, incorporar políticos portugueses a los fantasiosos equipos partidarios españoles, sería algo a considerar. António Costa barrería en la mayor parte de la península ibérica, excepto tal vez en los reductos étnicos tradicionales, incompatibles con sus raíces mozambiqueñas e indias, más en concreto de Goa.

¿Sería ese Deus lusitano tan misericordioso de dotarnos de sensatez? Podríamos entonces superar los debates tribales sobre aborígenes, maketos, hidalgos, charnegos, carolingios, suevos foráneos conquistadores de celtas pre-conquistados por los romanos, visigodos y otras gens protofascistas subyugadores de los autóctonos siervos. Aquí no caló la idea primigenia de la Revolución francesa, con su igualdad ante la ley y su fraternidad. Mientras tanto, es un gran alivio ver los informativos portugueses, donde los debates son esenciales, sobre sanidad, educación, impuestos… y no sobre esencialismos o desvaríos propios de personas con acné. Bandeirinha, sálvanos, por Deus.