El rock and roll y el cambio climático

Javier Guitián Rivera EN OCASIONES VEO GRELOS

OPINIÓN

THOMAS LOHNES | AFP

24 ene 2021 . Actualizado a las 11:54 h.

Seguro que los lectores han oído hablar de los violines Stradivarius. La palabra proviene del apellido italiano de Antonio Stradivari, que vivió en la ciudad de Cremona, Italia, entre 1644 y 1737. Stradivari era un lutier que se dedicaba a crear instrumentos de cuerda, básicamente violines, y su talento para ello era tal que no tardó en crearse fama como uno de los mejores artesanos de su tiempo.

A lo largo de la historia, diferentes teorías han tratado de explicar la extraordinaria calidad de sus instrumentos. La más aceptada tiene que ver con la utilización de sal de boro, un insecticida conocido para combatir la plaga de insectos que se ha descubierto que hubo por aquel entonces en la zona. El bórax contiene sales metálicas y esta teoría sostiene que la presencia de estas partículas metálicas habría conferido a sus instrumentos la fuerza y riqueza de sonido que tanto se aprecian.

En la segunda teoría, más sugerente, encontramos la relación con el clima. Esta teoría dice que la calidad del sonido se debe a la densidad superior de la madera con que fueron hechos los instrumentos, densidad que se debió a las bajas temperaturas que se dieron durante la denominada «Pequeña edad de hielo». Ese patrón de crecimiento de los árboles, reflejado en sus anillos, sería el responsable de las peculiaridades acústicas de su madera.

Pues bien. Como ha publicado Víctor Resco en The Conversation, pasados más de tres siglos, los fabricantes de guitarras eléctricas han llamado la atención sobre la falta de madera para su construcción. Hay una especie de árbol que es fundamental para la vida del rock: el fresno verde, una especie que crece en las llanuras del río Misisipi. Su crecimiento lento y su madera poco densa hacen de él la especie ideal para fabricar las emblemáticas guitarras de la marca Fender: las elegidas por Bruce Springsteen o Eric Clapton, entre otros.

El cambio climático está diezmando las poblaciones de este árbol, por lo que Fender ya está buscando otras especies para continuar fabricando instrumentos; en el mismo sentido, la degradación forestal de los trópicos está disminuyendo la calidad de la madera de caoba utilizada en las guitarras Gibson, las favoritas de guitarristas como George Harrison o Chuck Berry.

La cuestión es que mientras el papel de los cambios en el clima en la originalidad de los Stradivarius permanece en el terreno de la especulación, su influencia en la desaparición de las maderas de guitarra es una evidencia. Ya lo sé, It's only rock ‘n' roll (but I like it).