El Bruce Springsteen del asfalto

Manuel García Reigosa
M. G. Reigosa EL PERISCOPIO

OPINIÓN

23 nov 2014 . Actualizado a las 05:00 h.

Por Bruce Springsteen pasan los años, como por todos, pero el Boss sigue siendo un valor seguro en los escenarios, como si hubiese encontrado el elixir de la longevidad. Algo parecido sucede con el lucense Sergio Vallejo en el asfalto. Apenas cumplida la mayoría de edad ya empezó a competir con un Seat Panda. Desde entonces han pasado casi treinta años, pero no ha dejado de pisar el acelerador y de estar en primera línea. Y ayer, a sus 47 años, se proclamó campeón de España de ralis, por segunda vez en su brillante y dilatada carrera.

Como en una de las canciones del veterano roquero, «Born to run», nacido para correr. Porque lleva el octanaje en las venas y porque ha sabido sortear todas las dificultades, mecánicas y de patrocinios, que se la han ido planteando a lo largo de estas tres décadas. No es fácil estar tanto tiempo en la brecha. Y sigue.

De crío se le veía venir. En la familia (propietaria de un negocio de compraventa de vehículos) todavía recuerdan un castigo de la madre a Sergio y a su hermano Diego cuando los pilló en una competición de Scalextric. No por el juego ni por rivalidades mal canalizadas, ni mucho menos, sino porque empleaban cola cao para simular los tramos de tierra y harina para los de nieve. No estaban los tiempos para dispendios.

Con 16 años, en la fiesta de Muimenta, se apuntó a una gincana, cuando aún no tenía carné, sin que nadie lo supiese. Por la noche acudió toda la familia a la verbena y, cuando anunciaron el ganador, Sergio Vallejo, el padre, del mismo nombre, creyó que había un error porque no se había inscrito. Enseguida encontró la respuesta. Y la bronca acabó dulcificada por la victoria.

Con 18 anunció que quería ser piloto de ralis y debutó en Noia con un Panda y un cuarto puesto en su categoría. Y no ha parado. Y sigue.