Carlos de Castro: «La reunificación acabó mal por las declaraciones que hizo Sherpa»

CULTURA

Tercer concierto en pocos meses de Barón Rojo en Galicia. Mañana, en Malpica, con ocasión del Nordestazo Rock y en la ilustre compañía de Los Enemigos

25 jul 2014 . Actualizado a las 17:15 h.

De la formación original siguen juntos la mitad de sus componentes, los dos hermanos De Castro. Se intentó rebobinar el asunto en el 2010 con una gira potente y muy bien recibida, pero las cosas acabaron de aquella manera. Carlos, voz y guitarra, repasa la intrahistoria de la mayor banda que ha dado el rock español en treinta y tantos años, como prolegómeno al Nordestazo.

-¿Habrá cancha en Malpica para algo de «Tommy Barón», esa revisión de la ópera rock de The Who?

-Va a depender del tiempo que tengamos. Fíjate que en el Derrame de Ourense tocamos tres horas y media. Veremos.

-¿Cómo surge la idea de reformular en castellano ese monumento de los Who?

-Ha sido algo grande, hecho con las ganas de que la gente conociese un trabajo que a mí y a Armando nos gustó mucho, con la aportación de gente joven que podía darle un aire nuevo. También está a punto de salir un videoclip muy poco usual, de siete minutos.

-¿Para cuándo nuevo material original de Barón?

-Pues no lo sabemos, porque el tema discográfico está tan raro... Hacer un disco supone un enorme trabajo que, sinceramente, no sé si merece la pena para que no se venda. No hablamos ya de ganar dinero, sino simplemente de que la gente lo conozca. Fíjate que se ha planteado la idea de hacer Tommy en inglés y lanzarlo fuera. De confirmarse le daríamos prioridad. En otras partes existe al menos un mínimo, pero España se ha convertido en un desierto. Habrá que ver por dónde sale el sol.

-Barón Rojo fue pionero en eso, en saltar al mercado anglosajón. ¿Por qué no fue definitivo?

-Creo que en general debió ser el salto del rock español, pero no se produjo. Y no por no cantar en inglés, porque hoy sí hay bandas españolas que lo hacen y tampoco ocurre nada. En aquel tiempo hacer un disco en inglés suponía muchos más costes de producción y grabación. No lo podíamos asumir si la compañía no lo hacía, y no lo hizo. Si hubiésemos tenido entonces la visión que tenemos ahora sobre el negocio de la música... Pero nadie conoce el futuro.

-Hace años casi había que justificarse por tocar metal sin una melena que menear.

-La música la oyes. Siempre he pensado que lo que importa es que lo que el tío o la tía hagan esté bien, no que vayan muy bien peinados.

-Pero los roqueros siguen yendo al infierno, ¿no?

-Los roqueros somos en general buena gente, así que tendríamos que ir al cielo. Claro que igual nuestro cielo es el infierno, a gusto, calentitos y con nuestra música.

-No quedó muy claro cómo se cerró la reunificación con Sherpa y Hermes. ¿Hay margen aún para otra reunión?

-Acabó mal, sobre todo por unas declaraciones que hizo Sherpa cuando tocamos en Barcelona, en marzo del año pasado. Fueron muy ofensivas para Armando y para mí, y decidimos cortar. Nos ha quedado ese mal resquemor, pero nunca se sabe. Dependerá de las ganas, de cómo estemos todos. Tiempo habrá.