El Obradoiro da un gran paso hacia la permanencia

ANDAR MIUDIÑO

Atlas

Doblegó a un Valladolid que marró la última y decisiva posesión del partido

21 abr 2014 . Actualizado a las 11:43 h.

El Obradoiro amarró la undécima victoria del curso y, con ella, casi la permanencia, porque a falta de seis jornadas tiene cuatro de renta sobre el Manresa y también el basketaveraje. Pero tuvo que sufrir hasta el último segundo, porque la posesión decisiva fue del Valladolid. Lanzó Mack, se paró el corazón de Sar, escupió el aro y se desató el delirio contenido.

Visto el arranque, parece imposible tanto sufrimiento. En el primer cuarto casi todo le salió a pedir de boca al Obradoiro, con un quinteto de corte defensivo que, además, no dejó de producir en ataque, buscando las superioridades en el poste bajo y con Pavel Pumprla aprovechando todos los agujeros que veía para colarse hasta el aro. Como tantas otras veces, apretando en la retaguardia el equipo encontró la fluidez en vanguardia.

Pero el panorama se oscureció en el segundo cuarto. Con las rotaciones, el Obradoiro perdió solidez ante un rival que supo buscar y explotar los pasillos para anotar demasiadas canastas debajo del aro, salpicadas con algún que otro triple muy dañino. Por ahí fue ganando fuerza el Valladolid, que ya había avisado en las últimas jornadas de que es un equipo que compite, a pesar de todas las adversidades. Al descanso había rebajado los dieciséis puntos de desventaja del primer cuarto a siete: 45-38. La diferencia estaba en la defensa, entre encajar once puntos y recibir veintisiete.

Tras el tiempo intermedio, Moncho Fernández volvió al quinteto de salida. Pero los pucelanos ya habían cogido la aguja de marear. Exprimiendo sus recursos, siguieron limando diferencias paulatinamente, sin irse nunca del partido. El técnico visitante supo administrar las fuerzas para tratar de llegar a la hora de la verdad con sus mejores galas.

Como en la primera vuelta, los misiles de largo alcance de Andusic amenazaron. Tanto que llegaron a darle la vuelta al partido en el minuto final. Pero esta vez no fue suficiente, porque el Obradoiro apretó los dientes y tuvo la pizca de fortuna en el cara o cruz del desenlace. Pavel Pumprla anotó a falta de doce segundos y Mack no acertó con el aro.