La arquitecta rural que te lleva de vuelta a los orígenes

Gladys Vázquez REDACCIÓN / LA VOZ

MERCADOS

La arquitecta gallega Pepa Zelada busca en sus proyectos conservar la memoria a través de la recuperación de edificios y paisajes
La arquitecta gallega Pepa Zelada busca en sus proyectos conservar la memoria a través de la recuperación de edificios y paisajes

Pepa Zelada se instaló en Oza-Cesuras durante la pandemia y nunca regresó. Allí encontró cómo hacer proyectos «centrados en las personas y en el lugar»

19 nov 2023 . Actualizado a las 05:00 h.

Hace proyectos centrados en las personas y en el medio rural. «Quiero recuperar lo que nos han dejado nuestros antepasados para que podamos seguir disfrutándolo y viviéndolo por mucho tiempo». Esa es la esencia del trabajo de Pepa Zelada. Nacida en Madrid pero criada en A Coruña, esta arquitecta de la cosecha del 81 cambió su forma de ver las cosas cuando empezó la pandemia del covid en el 2020. «No fui una arquitecta vocacional. No lo tenía claro y eso que en mi familia tenía y tengo a gente del sector. Acabé la carrera en el 2009 justo con la crisis de la construcción, no fue fácil, pero siempre he seguido este camino». En esa senda hubo trabajos para diferentes estudios de arquitectura o incluso proyectos como freelance. Su camino la llevó a Lugo o a Inglaterra, pero no sabía que el sitio que estaba hecho a su medida se encontraba en la aldea de sus abuelos. «Justo antes del 2020 y del inicio de la pandemia era autónoma, trabajé en varios proyectos y estaba arrancando, pero a medio gas. Ya tenía a mis dos niñas, que eran muy pequeñas, nos habíamos movido como familia y en realidad no tenía estabilidad profesional». En este contexto llegó el gran cambio. Pepa y su familia se refugiaron en Trasanquelos, una parroquia de Oza-Cesuras, que forma parte de la esencia de su familia. «Siempre nos ha gustado ir, pero yo no me veía viviendo allí permanentemente. Con el confinamiento, decidimos irnos a una casa familiar antes de que cerrasen todo». Un cambio de vida que arrastró de forma natural a lo profesional. «Nos dimos cuenta que estábamos bien en Trasanquelos, que no necesitábamos estar más en la ciudad. En ese momento, en el que yo además estaba trabajando con unos mentores, llegué a la conclusión de que este proyecto de arquitectura rural era en realidad lo que quería hacer y lo que me motivaba», explica.

Pepa Zelada hace de esta forma «proyectos centrados en las personas y en el lugar». Lo que busca con sus proyectos es conservar la memoria a través de la recuperación de los edificios y paisajes. «Lo hago utilizando materiales que respeten la naturaleza y nuestra salud. En Galicia tenemos un vínculo muy especial con el territorio, todos tenemos una aldea o un trozo de tierra. Eso que muchas veces vemos como un problema de gestión del territorio es una oportunidad de volver a los orígenes, como hice yo volviendo a Trasanquelos». De este modo, esta arquitecta gallega busca acompañar a todos aquellos que quieren volver «y en ese camino contribuir a conservar lo que nos han dejado nuestros antepasados».

El estudio de Pepa Zelada hace reformas y rehabilitaciones, nuevas construcciones e incluso asesora a aquellos que buscan casa o parcela en el campo.

los proyectos de sus sueños

«Reformo o construyo desde cero, pero siempre teniendo muy presente la esencia de las personas para las que construimos y el respeto por el lugar y el territorio», explica. Los proyectos conservan por lo tanto la esencia de ese pueblo, parroquia o entorno. «Estoy ampliando una casa, que está en suelo rústico, y la premisa es respetar el paisaje, que parezca que la nueva construcción siempre ha estado ahí». Es el sueño de una clienta que, tras jubilarse, vuelve a la casa que construyó su padre.

Todo esto no está reñido con los innovación en materiales o técnicas contemporáneas. «Usamos por ejemplo madera, pero madera CLT, madera contralamidada. Es decir, es un sistema de construcción con madera, pero moderno y tecnológico en el que se fabrica todo en un taller y después se monta. La madera me interesa porque además es un material sostenible, más saludable y contribuimos a que se establezca una industria en Galicia que dé mayor valor a los bosques.

Estado actual del inmueble de Oza-Cesuras
Estado actual del inmueble de Oza-Cesuras

En estos primeros compases de su proyecto de arquitectura rural se está encontrando además con trabajos que encajan a la perfección con su filosofía. Uno de ellos en su propio concello. «Como yo esto lo siento, parece que los clientes que vienen ya tienen esos intereses en común conmigo. Estoy trabajando en la futura Casa da Cultura de Oza-Cesuras. Me siento afortunada porque se trata de participar en la recuperación de un inmueble que se construyó en los años 20. Fue una escuela, después una panadería, que es un símbolo para el pueblo y lleva deshabitada más de dos décadas. Ahora la recuperamos para que la disfruten los vecinos e incluso organizamos una reunión con ellos para que me contasen la historia de la casa. ¡Se les veía tan ilusionados!», cuenta.

Proyecto de la futura Casa da Cultura de Oza-Cesuras
Proyecto de la futura Casa da Cultura de Oza-Cesuras

Y es que la preferencia de esta profesional siempre pasa por recuperar por delante de hacer cosas nuevas. «Otro de mis proyectos es un punto limpio en el ayuntamiento de Vilasantar. Primero porque el punto limpio nace con la idea de fomentar la economía circular y, en concreto, la caseta de reutilización la vamos a hacer con técnicas de bioconstrucción, con estructura de madera, muros de balas de paja, revestimientos de arcilla o cubierta vegetal. Este sitio va a estar a disposición de los vecinos porque va a tener un taller para que puedan recuperar los objetos que la gente ha tirado al punto limpio e igual podían volver a servir. El edificio nos sirve además de ejemplo para mostrar los beneficios de los materiales naturales, que son buenos para el medio ambiente y la salud».

Siente que estos proyectos estaban destinados a ella en el camino empresarial y vital que emprendió hace algo más de tres años. «El balance de este cambio es de diez. Le he dicho a mis mentores que sin duda este el trabajo que más me ha gustado en mi vida profesional», sentencia Pepa Zelada.