Aitor, el joven que recuperó las fiestas de su pueblo de Portomarín tras 12 años: «Sen a aldea non somos nada»

LA VOZ LUGO

PORTOMARÍN

Aitor Besteiro es uno de los tres jóvenes que quedan en la aldea de Cortapezas, en Portomarín
Aitor Besteiro es uno de los tres jóvenes que quedan en la aldea de Cortapezas, en Portomarín ALBERTO LÓPEZ

Cortapezas, de apenas 18 casas, tendrá en abril tres días de celebración «propios dun pobo grande» con orquestas y churrascada popular

21 feb 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

La pérdida de población había dejado a la aldea de Cortapezas, en Portomarín, sin sus fiestas. Los más veteranos, cansados de remar a contracorriente para mantener activo el pueblo, hace 12 años que habían organizado la última celebración. Pero el joven Aitor Besteiro se decidió a recuperar la tradición. El año pasado volvió a hacerse cargo de la fiesta por primera vez y este año lo hará pero más a lo grande, los días 5, 6 y 7 de abril: «Hai que tirar da aldea para arriba que sen ela non somos nada». 

Cortapezas tiene alrededor de una veintena de casa, de las 18 han decidido pagar la cuota para las fiestas. Todo es obra de Besteiro, que se propuso el año pasado recuperar las fiestas locales: «É difícil porque hai xente que non quere dar porque non poden ter tanto gasto e somos un pobo pequeñiño, pero ao final entre donativos e cotas xuntei bastantes cartos», relata. Al final, defiende que ha merecido la pena porque tiene un cartel propio de una villa. Serán tres días en abril, el 5, 6 y 7. El primer día estará la orquesta Cinema y el DJ Patakiña para animar la gran churrascada popular gratuita a partir de las 21.30 horas. El sábado 6, después de la misa y la procesión habrá sesión vermú y a la noche fiesta con la orquesta Escaparate. Finalmente el domingo, después de la misa y la procesión, habrá sesión vermú a cargo del Dúo Eclipse.

«Esforceime a xente portóuseme ben», bromea Besteiro. Este lucense de 30 años lamentaba que durante años después de la misa de las fiestas patronales de la aldea «cada un fora para a súa casa sen facer nada mais, nin un pouco de ruído, parecía que non era festa». Cuenta que en la aldea solo son tres personas jóvenes y él, el único que se animó a retomar la celebración porque «senón está todo moi apagado». «Se ningún se anima e a xente maior pasa nunca se fai nada», así que se puso manos a la obra. Ya el año pasado, la primera vez que recuperó la fiesta  aunque en menor medida, consiguió juntar a 450 personas en la churrascada y para esta nueva edición espera superarlo con crecer.

Besteiro trabaja en una fábrica de leche aunque siempre vivió de la ganadería y tiene claro que quiere seguir viviendo en Cortapezas, pero no quiere una aldea muerta. «Cada vez hai menos xente nas aldeas, hai que tirar por ela». Con el cartel que consiguió ofrecer espera al menos que «se sepa que existimos» y activar de nuevo la vida social para los vecinos que quedan en el pueblo. De hecho, su iniciativa fue muy bien recibida por el resto de habitantes, algunos vecinos que ya no viven en la aldea se animaron a dar la cuota igual.