La patata se pone por los suelos

Xosé María Palacios Muruais
xosé maría palacios VILALBA / LA VOZ

LUGO

La abundancia de la última cosecha ha causado una bajada del precio

20 dic 2014 . Actualizado a las 05:00 h.

La patata se está vendiendo a precios que tanto productores como responsables del sello oficial que ampara la recolectada en varias zonas de Galicia (IXP Pataca de Galicia) consideran muy bajo. El kilo se cotiza actualmente a apenas diez céntimos, algo que parece directamente relacionado con la abundancia de la última cosecha.

José Chao, técnico de la IXP, admite que la última cosecha se caracterizó por la buena calidad y por el buen tamaño del tubérculo. El tiempo de la primavera, bastante húmedo, y de principios de verano, con algunas lluvias, favoreció esa cosecha, explicó Chao.

Sin embargo, a esa abundancia y a esa calidad se le une también una caída del precio que no dudó en calificar de «estrepitosa» y que vinculó además con otros factores. Para Chao, la falta de salidas de la patata, la entrada de mercancía cultivada en otros países e incluso un descenso del consumo ayudan a entender una cotización tan baja como la actual.

Pese a la tradición de este cultivo en diversas zonas de España, entre ellas Galicia, la actual producción no cubre el mercado nacional, según desveló ayer Chao, quien también recalcó que la entrada de patata extranjera, fundamentalmente francesa, es habitual.

La necesidad de vender la patata de una cosecha, que suele alternar en las fincas de labor con otros cultivos, lleva a los productores a entregar la mercancía, tanto si está amparada por el sello de la IXP como si no, a precios como el ya citado. Una agricultora como Marina Cendán, residente en Baroncelle (Abadín), aseguró ayer que el precio de la última cosecha era apenas la tercera parte de otros, y cuestionó el interés por mantener el cultivo con cifras como esas.

Las patatas procedentes de una finca propia, con un trabajo supervisado directamente por el dueño de la parcela, tienen como características su calidad y su sabor. «Sabes o que comes», afirmó Cendán ayer. Sin embargo, admitió que el precio final difícilmente valdría para cubrir parte de los costes de producción: «Non dá nin para a semente», manifestó.

En el sector de la distribución, mientras tanto, también se reconoce que la actual cotización se está moviendo muy por debajo de los niveles alcanzado otros años. Una empresa como Patatas Vilalba, con sede en la capital chairega, está vendiendo la patata habitual del país a menos de 40 céntimos: 0,35 o 0,36 euros por kilo son los precios habituales, aunque en otras campañas la cotización era casi el doble.

No obstante, a diferencia de lo sostenido por personal de la IXP, responsables de esa firma vilalbesa descartan que la entrada de patata extranjera pueda considerarse una de las causas del descenso del precio, y opinan que es la abundancia de cosecha el principal motivo de esa tendencia.

Lo que sí parece claro, tanto por la impresión de otros años como de la última cosecha, es que la patata gallega sigue interesando fuera de Galicia y que el mercado de ciudades como Madrid o Barcelona es un destino habitual de la mercancía.