Energía verde para el primer monumento de Monforte

Carlos Cortés
Carlos Cortés MONFORTE / LA VOZ

LEMOS

Los paneles están en la antigua huerta de los Escolapios, entre las cepas de una viña
Los paneles están en la antigua huerta de los Escolapios, entre las cepas de una viña CEDIDA

El colegio de los Escolapios instala placas solares para gastar menos en electricidad

16 abr 2024 . Actualizado a las 18:57 h.

El colegio de los Escolapios de Monforte acaba de estrenar un sistema de producción de energía eléctrica mediante paneles solares fotovoltaicos. Es pronto para calcular cuánto dinero permitirá ahorrar en la factura de la luz, pero hay días que los paneles producen más electricidad de la que consume el ala norte del edificio. Construido en el siglo XVI en estilo renacentista, está declarado bien de interés cultural (BIC) desde el 2021 y forma, con la torre medieval de San Vicente, la pareja de monumentos más representativos de Monforte.

Se trata de 34 paneles que suman una potencia instalada de 18 kilovatios (que se quedan en 14 con el inversor que transforma en corriente alterna la corriente continua que genera, para que así se pueda consumir en el colegio) y cuya instalación costó cerca de 30.000 euros. El colegio contó con una ayuda económica de la Xunta a través del Instituto Galego de Promoción Económica (Igape).

Para su ubicación fue preciso buscar un lugar en el que el impacto visual fuese mínimo, porque la condición de monumento protegido del colegio limita cualquier actuación que altere su aspecto exterior.

Están colocados en una parte del lugar que ocupaba la antigua huerta, en concreto en una viña que hace años que no se cultiva. En el colegio recalcan que el impacto visual de los paneles solares es muy bajo, entre otras cosas, porque su altura es incluso menor de la que alcanzan las cepas.

Los paneles solares entraron en funcionamiento el pasado mes de marzo y están conectados al ala norte del edificio del colegio, donde se encontraba el antiguo internado y en la que ahora están los despachos, las clases de ESO, la academia de inglés y el conservatorio.

Las clases de educación infantil y primaria, que ocupan parte de la fachada principal del edificio, siguen consumiendo electricidad directamente de la red.

Es pronto para saber cuánto le está ahorrando al colegio esta pequeña planta generadora de energía solar, pero los gestores del centro disponen de una aplicación que les permite monitorizar en tiempo real lo que producen y qué supone sobre el consumo que realizan. Gracias a ese sistema de seguimiento saben que en los días con más horas de luz solar no solo llegan a cubrir con las placas el 100% de lo que consume esa ala del colegio, sino que incluso generan más de lo que gastan.

Por el momento, no disponen de un sistema que les permita sacarle partido a esa energía sobrante que producen en determinados momentos. En el futuro tienen pensado invertir en un método de almacenamiento en la nube que les permitirá guardar y la energía sobrante y después venderla, con lo que además de pagar menos por el consumo ingresarán dinero extra por esa parte de la producción.

Las estimaciones previas apuntan que en tres o cuatro años el colegio habrá recuperado en ahorro la inversión efectuada en la instalación de las placas, descontada la subvención del Igape.

En los planes de los responsables de este centro educativo está ampliar la instalación de paneles solares para conectar a ella también el resto del edificio. No lo harán inmediatamente porque la inversión que hace falta es considerable, pero sí en cuanto dispongan del dinero.

Biomasa y luces led

Esta no es la primera medida de ahorro de energía que aplica el colegio de los Escolapios.

El centro alimenta desde hace ya un par de años su sistema de calefacción con una caldera de biomasa y renovó hace tiempo toda su iluminación interior con dispositivos led. «Probablemente estemos —dice Pablo Blanco, integrante del patronato del colegio— entre los edificios declarados BIC energéticamente más eficientes de España».