Cinco siglos de historia vitícola ocultos en el interior de un monte

Luis Díaz
LUIS DÍAZ MONFORTE / LA VOZ

LEMOS

ALBERTO LÓPEZ

Hace un año salía a la luz una las bodegas más antiguas de la Ribeira Sacra

20 dic 2014 . Actualizado a las 10:52 h.

Muchos habían oído hablar de ella, pero pocos conocían su interior. En la memoria colectiva, sin embargo, siempre estuvo latente el rastro de la bodega monumental localizada hace un año cerca de Monforte. As Adegas es el barrio donde se encuentra esa construcción histórica, oculta bajo las entrañas del monte de Piñeira. De las «adegas dos Condes» aún hablan los más viejos de la parroquia. En vista de las hipótesis de los expertos, quizás no vayan descaminados.

Por sus grandes dimensiones y la sofisticación arquitectónica de la bóveda, el origen de la bodega se asocia a la nobleza o a alguno de los monasterios de la Ribeira Sacra que en el siglo XVI, época de la que podría datar, tenían en el vino su principal fuente de ingresos. La historiadora Manuela Sáez sugirió que pudo haber sido en realidad el pozo de nieve que mandó construir en Monforte el séptimo conde de Lemos, pero expertos en este tipo de edificaciones históricas ponen en cuarentena esa posibilidad.

No hay constancia de documentos que permitan esclarecer el origen de la construcción monumental excavada en el monte de Piñeira. Un libro de finales del XIX sobre viejas leyendas de Monforte sitúa en ella uno de sus relatos. Cuenta los avatares de un vecino que, atraído por las historias de aquelarres que se asociaban al lugar, quedó atrapado en la cavidad al colarse por uno de los respiraderos.

Máximo interés

La bodega se encuentra situada tras el tabique de una vivienda adquirida hace cincuenta años por la familia de José Ramón García, su actual propietario. El temor a algún percance similar al de la leyenda fue una de las razones que le animaron a divulgar el hallazgo con el que se habían topado al poco de entrar en la casa. Desde entonces, recibió más de una visita de gente del mundo del vino interesada en comprarla. El conocido enólogo Raúl Pérez fue uno de los que se dejaron ver.

La tradición sitúa en ese mismo lugar una vieja fortaleza, parte de cuyos muros aún son visibles. En un primer momento, Patrimonio calificó el hallazgo como algo del «máximo interés». No hubo más noticias.