El conservador Stubb gana la primera vuelta de las presidenciales finlandesas

j. gómez peña MADRID / COLPISA

INTERNACIONAL

Stubb y su esposa, llegando ayer a su colegio electoral
Stubb y su esposa, llegando ayer a su colegio electoral KIMMO BRANDT | EFE

Deberá enfrentarse al ecologista Haavisto en la segunda ronda, el 11 de febrero

29 ene 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

Finlandia votó con un ojo puesto en los candidatos a ser el nuevo presidente del país y con el otro fijado en el vecino que asusta, Rusia, que lleva casi dos años metido en la invasión de otro de sus vecinos, Ucrania. La primera vuelta de los comicios presidenciales dejó a flote a dos aspirantes a suceder a Sauli Niinistö: el también conservador y exprimer ministro Alexander Stubb, que obtuvo el 27 % de los sufragios, y el independiente con pasado en el Partido Verde Pekka Haavisto, que fue ministro de Exteriores cuando gobernaban los socialdemócratas y que sumó el 25 % de las papeletas. El ultraderechista Jussi Halla-aho, con el 19 %, se queda fuera de la carrera presidencial. La segunda vuelta se celebrará el 11 de febrero.

Cerca de 4,5 millones de finlandeses estaban llamados a votar en unas elecciones que transcurrieron sin incidentes. Entre los aspirantes no estaba el actual jefe de Estado, Sauli Niinistö, que dirige el país desde el 2012, cuando cerró décadas de dominio socialdemócrata, y que ha llegado al límite legal de mandatos. Niinistö, antiguo amigo de Vladímir Putin, presidente ruso, ha sido el artífice de la entrada en tiempo récord de Finlandia en la OTAN, gran adversario de Rusia. Ese histórico cambio en la política finesa ha marcado la campaña electoral.

El presidente de Finlandia, además de ser el encargado de dirigir las políticas de Exteriores y de Seguridad, ejerce como comandante en jefe de las Fuerzas de Defensa. En el contexto de la guerra en el este de Europa, el nuevo jefe de Estado, que asumirá el cargo el próximo 1 de marzo, se enfrentará a un contexto muy distinto al que ha disfrutado durante décadas el país nórdico. De ser un estado neutral para no incomodar a Rusia, ha pasado en un santiamén a ingresar en la Alianza Atlántica y, así, colocar la bandera de la OTAN en la frontera con el Kremlin. Finlandia abandonó su tradicional no alineamiento militar y se adhirió a la OTAN en abril del 2023, apenas un año después del inicio de la invasión de Ucrania. Rusia, que comparte con Finlandia una frontera de 1.340 kilómetros, tomó ese ingreso como una agresión y anunció «contramedidas». En agosto, el país nórdico registró un aumento de migrantes sin visado por su frontera oriental, enviados, según Helsinki, por Moscú para desestabilizar el país. En noviembre, Finlandia decidió cerrar por completo su frontera.

Los dos candidatos que se jugarán la presidencia en la segunda vuelta han recalcado que la prioridad es la defensa del país. «Hay que priorizar la seguridad de Finlandia», dijo Alexander Stubb. Tiene 55 años y experiencia gubernamental, ya que dirigió las áreas de Exteriores y Finanzas. El independiente Pekka Haavisto, de 65 años, aseguró que Helsinki debe «enviar a Rusia un mensaje muy claro de que esto no puede continuar». Los dos defienden la independencia de Finlandia y su nuevo papel como miembro de la OTAN. Y como ninguno obtuvo el 50 % de los votos, tendrán que medir sus fuerzas en una segunda ronda sin la ultraderecha.

Recuerdos de la guerra

En Finlandia hay una palabra, sisu, para definir su espíritu tenaz. Es un lugar frío, de luz mortecina sobre sus bosques y lagos. Y es también un lugar feliz, con 5,5 millones de habitantes y dos millones de saunas. Viven bien, en pleno estado de bienestar, pero son conscientes del vecino que tienen. Rusia era un aliado y ahora es una sombra que asusta. Finlandia logró la independencia de la Unión Soviética en 1917, pero en 1939 fue invadida. Ahí emergió el sisu, y los fineses se defendieron como gato panza arriba. Hoy son 80.000 soldados y 280 reservistas, con el arsenal más tecnificado de la región.