Ensayo general del celtismo para el Celta-Rayo con más de 6.400 aficionados en Balaídos en Viernes Santo

LA VOZ VIGO

GRADA DE RÍO

El club vigués abrió la sesión de entrenamiento, que se convirtió en multitudinaria; varios jugadores estuvieron hora y media firmando

29 mar 2024 . Actualizado a las 14:55 h.

Por segunda vez esta temporada, el Celta abrió un entrenamiento en Balaídos a su afición y esta respondió con creces. De nuevo en una fecha vacacional para los más pequeños -el otro había sido la víspera de Reyes-, el entusiasmo de estos fue lo que marcó la mañana en el estadio vigués ya desde antes de la apertura de puertas de la grada de Tribuna -prevista para las 10.30 y que se adelantó unos minutos-. La expectación fue aún mayor que hace casi tres meses, pues esta vez la grada prevista se quedó pequeña y se abrió Marcador para que nadie se quedara fuera. Algunos jugadores ya atendieron a los celtistas que les esperaban en el aparcamiento.

Igual que aquel 5 de enero, la sesión con público llegaba después de un buen resultado -en este caso, el triunfo frente al Sevilla-. Pero en esta ocasión, además, estaba el factor añadido de la ilusión desbordante que ha generado la llegada al banquillo del primer equipo de Claudio Giráldez. Por eso el mal tiempo que se está registrando en Vigo esta Semana Santa no fue impedimento para que recibiese una calurosa bienvenida como aperitivo de su debut como local este domingo frente al Rayo Vallecano.

Como había anunciado el club, hubo huevos de Pascua para celebrar el Viernes Santo y antes de que los jugadores del primer equipo saltasen al verde, hubo tiempo de homenajear a otro céltico. El hasta ahora jugador del Celta Integra Samu Comesaña, al que una lesión le impiden seguir jugando, recibió el aplauso de los presentes, con un pasillo de sus compañeros del equipo de La Liga Genuine y el primer equipo. Giráldez -aclamado cuando saltó al césped- y Sergio Álvarez entregaron una camiseta conmemorativa a un emocionado Samu, que también recibió el cariño de la presidenta, Marián Mouriño, y de su técnico Álex Abalde.

La sesión de entrenamiento, pasada por agua durante prácticamente todo el tiempo, fue corta, de una hora de duración, y en ella volvió a participar Damián Rodríguez en la víspera del Tarazona-Celta Fortuna. Dio tiempo para aplaudir a los lesionados que trabajaron al margen -Mihailo Ristic, Luca de la Torre y Miguel Baeza-, de ovacionar a Joseph Aidoo y de celebrar algunos goles, entre otros, de Iago Aspas. Pero el plato fuerte más esperado por los más pequeños venía después, cuando los jugadores lanzaron balones, firmaron y se hicieron fotos con la afición.

Todos invirtieron largo tiempo en ello y nadie se quedó sin recuerdo por parte de los célticos. Destacó la paciencia de Iago Aspas, siempre el más demandado, así como la de Strand Larsen, que se resarció de la polémica de esta semana quedándose hasta que no había una sola persona más que le demandara. Con todo, los últimos en retirarse fueron Hugo Sotelo, Miguel Rodríguez y Carles Pérez, que seguían cuando había transcurrido casi hora y media de la conclusión del entreno. Incluso a Vlado Gudelj y a Sergio les tocó firmar alguna camiseta. Y a la salida del estadio, más celtistas esperando.

Sonó tras el encuentro Oliveira dos cen anos, un momento que la presidenta, Marián Mouriño, no se resistió a inmortalizar con su móvil desde el verde. Y más de uno tiró de bufandas y banderas como ensayo general para el partido frente al Rayo del domingo. Esta oportunidad de ver un entrenamiento fue la confirmación de que el Celta de Claudio Giráldez ha devuelto la ilusión a un celtismo con ganas renovadas para este final de liga.

El domingo, el equipo recibirá al Rayo Vallecano en el mismo escenario a partir de las 14.00 horas y también con un ambiente que promete ser igualmente espectacular. Las entradas se agotaron con seis días de antelación.