La madre de las Semanas Santas que «resiste a la lluvia»

Patricia Hermida Torrente
patricia hermida FERROL / LA VOZ

GALICIA

CESAR TOIMIL

En Ferrol todo el mundo mira al cielo

29 mar 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

Si en Galicia hay una madre de las Semanas Santas, lleva el nombre de Ferrol. Porque mucho antes de que National Geographic la destacase como la mejor de España, la ciudad naval ya presumía de cifras de ensueño. Estos días, con el décimo aniversario de la declaración de interés turístico internacional, marchan 3.000 cofrades, 500 músicos, más de 300.000 visitantes y un impacto de 40 millones de euros. «O Domingo de Ramos foi impresionante, hai moita máis xente do que pensabamos pese ao mal tempo», indica César Carreño, presidente de la Junta de Cofradías. Todo el mundo mira al cielo. Pero, como dicen los cofrades, «Ferrol resiste a la lluvia».

De todos modos, Carreño admite que «houbo cancelacións hoteleiras». Para Viernes Santo y Sábado Santo quedan plazas libres en los hoteles. Por el temporal, el miércoles se suspendieron las procesiones: «A xente chorou desconsolada, traballas todo o ano e, nun minuto, acaba a ilusión». En cambio, ayer se celebró la esperada novedad de Nuestro Padre Jesús de la Humildad en el Beso de Judas. «Facemos a Semana Santa coa maior ilusión do mundo, sen importar os ránkings», concluye Carreño.

Aunque la Semana Santa de Ferrol se documenta desde hace 400 años, la historiadora Ana Martín recalca que «se celebra desde mucho antes, y su singularidad radica en la posguerra, cuando recibe el apoyo de instituciones como la Armada». También fueron trascendentales «los trabajadores de los astilleros o del puerto; dos mundos tan diferentes como la Armada y el obrero aquí siempre convivieron».

Como indica Ana Martín, las mujeres participaron al principio ocultas bajo los capuchones, «ya que las cofradías pedían que los cofrades saliesen de casa con la cara tapada, y a partir de la Transición ya se pusieron en primer plano». Destaca de su padre, el recordado Alfredo Martín, que, «tras quedar huérfano, encontró en la Orden Tercera un segundo hogar, y allí impulsó una gran obra social». Y pide que las cofradías preserven esta tradición y conserven imágenes como las creadas por su padre.