Una banda debilitada, pero peligrosa

j. m. p. REDACCIÓN / LA VOZ

GALICIA

Resistencia Galega reaparece para demostrar que sigue activa

02 oct 2014 . Actualizado a las 05:00 h.

Resistencia Galega es la única organización terrorista activa de España. Y quiere demostrar que está ahí, que puede sembrar el terror y el pánico, como hizo la madrugada de ayer en Baralla con la colocación de una bomba en la sede del Concello. Si no se deja ver más en forma de acciones violentas es porque no puede, aseguran fuentes relacionadas con la lucha antiterrorista. Resistencia es una banda armada independentista y radical, y cuenta con grupos afines a sus ideales y dispuestos a la lucha callejera, a aprovechar cualquier conflicto social o laboral para mezclarse en la protesta y utilizar la violencia radical. Ahí se nutre la organización, en ese entorno en el que, afirma un experto policial, hay mucha gente dispuesta a hacer pintadas a favor de la banda, a quemar contenedores y banderas o a provocar algaradas callejeras.

Y en esos círculos se nutre Resistencia Galega, aunque cada vez con más dificultades, porque la presión policial ha hecho mella. Igual que las últimas sentencias de la Audiencia Nacional, con penas de cárcel, y muy especialmente la que declaró a la banda como organización terrorista. Ese entorno está más o menos controlado. Más difícil, afirman las mismas fuentes, es identificar a los que han dado el paso de colocar una bomba. Hasta hace unos años se consideraba que los activistas de Resistencia Galega se movían a cualquier punto de Galicia con la estructura de células formadas por dos o tres personas, que nunca han sido fichadas, y que atienden las órdenes de su máximo dirigente, Antón García Matos, Toninho.

Este hombre está en la clandestinidad desde el 2005. Ese año fue detenido por la Guardia Civil en la operación Castiñeira contra el independentismo radical. Pero quedó libre el mismo día del arresto y desapareció. Es el principal objetivo de Guardia Civil y Policía Nacional, el terrorista más buscado. Su paradero es una incógnita, aunque sí parece seguro que está fuera de España, probablemente en Portugal, junto a su compañera, Asunción Losada.

Las investigaciones apuntan a que la banda está debilitada. «Pero sigue siendo peligrosa», apuntan los expertos, porque, como demostró ayer, tiene intención de seguir poniendo bombas.