«Preferiría no tener que pedir ese dinero»

alberto mahía A CORUÑA / LA VOZ

GALICIA

La mujer de 31 años que recibe una pensión de su padre dice que nunca dejó de trabajar

21 sep 2014 . Actualizado a las 11:42 h.

Es una mujer hecha y derecha de 31 años, está sana, acabó una carrera, varios cursos de posgrado y hay gente que la pone verde porque a su edad se empeña en seguir viviendo de su padre. Está molesta por ello, porque «preferiría no tener que pedirle nada». Por eso ayer quiso aclarar unas cuantas cosas para callar bocas. De la mano de su abogada, la coruñesa Rosalía Bello, esta mujer, que no quiere ser identificada, asegura que «no soy un parásito social, ni una nini». Dice que ha tenido infinidad de trabajos que ha compaginado con sus estudios universitarios. No solo lo dice ella, también la sentencia que obliga a su padre a darle una pensión de manutención de 400 euros al mes y que recoge que la mujer «muestra y mostró siempre una actitud activa en la búsqueda de un empleo». De hecho encontró varios, pero mal pagados. En su hoja laboral aparece que ha trabajado 1.169 días, «por lo que no puede en ningún caso decirse que mi patrocinada haya querido vivir a expensas de terceros», subraya su abogada. Y eso lo tuvieron en cuenta el Juzgado y la Audiencia Provincial.

La historia de esta mujer no ha sido nada fácil. Cuenta su abogada que la madre murió cuando tenía 7 años, y que a los 14, cuando se hizo insostenible la convivencia con el padre y su nueva pareja, en Vilalba, se fue con su hermana a vivir a casa de su abuelo materno y una tía. Ellos le dieron todo, «manutención, cariño, formación y estudios».

Cuando ella y su hermana se mudaron a casa de la familia materna se rompió por completo la relación con su padre. La adolescente no quiso en aquel momento pedirle nada a su progenitor, ni este hizo nada para dárselo, ni ella le presentó una demanda de manutención. La cosa quedó así. Cada uno por su lado. Así que desde los 14 hasta los 22 años, que fue cuando el Estado le suspendió la pensión de orfandad que le otorgaba, esta mujer sobrevivió con esa paga y con lo que le daban su abuelo y su tía, «que llegaron a hipotecar su vivienda para que pudiese estudiar una carrera».

Demanda de manutención

Pero con 22 años, en mitad de la carrera y sin la pensión de orfandad, su familia materna se ahogó en deudas. Así que ella se decidió por fin a presentar una demanda de manutención contra su padre. Primero lo intentó por las buenas, pero su progenitor se negó en redondo. Acudió entonces a la Justicia, que obligó al hombre a pasarle todos los meses una paga de 500 euros. Podría haber ido mucho más allá y exigirle la pensión con carácter retroactivo, desde que tenía 14 años, pero no lo quiso hacer. «Solo quería una ayuda para terminar los estudios», explica.

Esa paga continuó hasta que el año pasado su padre dedujo demanda contra la pensión que le estaba pasando a su hija al entender que esta ya tenía 30 años y buena salud para trabajar y valerse por sí misma. Fue ahí cuando entró el Juzgado de Primera Instancia número 5 de A Coruña, que vistas las circunstancias de uno y otra decidió que el hombre tenía que continuar sustentando económicamente a su hija.

La situación del padre no es mala. Tiene posibles. Es más, el hombre vive en la casa que por herencia le pertenece a sus hijas, pero él disfruta del usufructo mientras viva.

¿Por cuánto tiempo tendrá esta mujer una pensión de 400 euros? La sentencia no fija un plazo. Se limita a decir que cada 1 de enero la paga debe actualizarse con el IPC. Y se supone que se suspenderá cuando ella tenga un trabajo digno que le dé para vivir y valerse por ella misma. «Ella espera que sea más pronto que tarde», dice su abogada, convencida de que así será.