Esta edición está marcada por la heroica jubilación de Juana de Aizpuru, madre fundadora de la feria, y por el tibio anuncio del ministro Ernest Urtasun sobre la rebaja del IVA del arte
15 mar 2024 . Actualizado a las 05:00 h.El titular no es un reproche. Pero lo cierto es que, año tras año, el cuerpo general de la feria está formado por casi las mismas galerías, casi en el mismo sitio, casi con los mismos artistas. Arco es como ver crecer la hierba.
La pintura sigue siendo el madero en la tempestad. Dicen que es falta de riesgo. Jorge Diezma presenta en la galería Alegría la enorme cabeza de un pez que sale del agua. Es una pintura provocadora y no sabemos muy bien por qué. El riesgo está en esta deliciosa indefinición. Yo lo prefiero a cuando la provocación viene del sistema para ser digerida por el sistema.
La presencia gallega es muy exigua. Esto es un indicador de la debilidad de un país. La verdad electoral se aleja notablemente de lo que es la verdad.
En Nordés, la única galería gallega, domina el estand un gran formato de Chelo Matesanz y se abren paso sutilmente las piezas bordadas de Julia Huete. Lo completan Pablo Barreiro, Mar Ramón, Luisa Pastor, Rosendo Cid y Miguel Marina.
En Marlborough se nota el giro en la dirección artística, a cargo de Tiago de Abreu, y el estand es limpio y se articula en torno al cambadés Francisco Leiro con una maravilla del 2020: Escorredoira II.
Manolo Paz en Max Estrella coloca una pieza en la Colección Masaveu certificando el buen momento de su obra y su posicionamiento en buenas colecciones. Una bellísima pintura del vigués Kiko Pérez entra en la Colección María José Jove.
Damián Ucieda se consolida como uno de los fotógrafos más importantes del panorama nacional, su trabajo puede verse en Formatocómodo donde también tienen obra Rodríguez Méndez y Berta Cáccamo.
Álvaro Negro ocupa la pared principal de F2 Galería y Christian García Bello en The Goma, ambos tienen la capacidad de convertir en capilla el espacio que ocupan.
Destaca el retorno a Arco del monfortino Roberto González Fernández, como miembro destacado del arte homosexual de los años 70 en José de la Mano, comisariado con valentía por Joaquín García.
Debuta con solvencia la ceramista Verónica Moar en Ponce&Robles. Las fronteras entre las disciplinas son tenues y saludables sus trasvases. Irene Grau continúa haciendo crónica medioambiental en los márgenes de la pintura.
En el ámbito editorial, Ediciones Vilaseco expuso sus libros de artista entre los que destaca el coruñés Luis Díaz Díaz. La Fundación Didac presentó el libro de Françoise Vanneraud Ni principio ni fin, que recoge toda su trayectoria.
Históricos del arte patrio también están presentes: Murado en Álvaro Alcázar, Teo Soriano en Marc Domènech, Menchu Lamas en Marta Cervera y Pamen Pereira en Set Espai D'art. Ángela de la Cruz mantiene su proyección internacional y es casi nuestra única representante. Es todo.