Granada-Breogán: el control emocional como punto de partida

Chiqui Barros EN ZONA

FORZA BREO

Óscar Cela

26 abr 2024 . Actualizado a las 17:03 h.

A falta de cuatro jornadas para el final de la liga regular de la ACB empiezan los partidos en los que, guste o no, se juega sin red ni bola extra. Porque cierto es el que una final solo se juega cuando no hay nada más allá, un win or go home, pero la verdad es que ahora cada encuentro tiene tanto valor que cobra el calificativo real de final. Y es cierto, y mucho, que es más fácil hablar de toros que estar en el ruedo, por eso es tan sabio nuestro refranero y ya de niños nos enseñan eso de que ‘o falar non ten cancelas’. Lo realmente complejo es estar allí, tener que hacerlo, pero por eso y para eso se está.

Todo empieza a partir de un buen control emocional de la situación, que te permita hacer de la mejor manera lo que te corresponde, jugar un partido de baloncesto, competir al máximo e intentar ganarlo por todos los medios. Porque es bueno entender que una victoria en Granada, con la perspectiva de dos encuentros consecutivos en el Pazo ante el Tenerife y el Andorra, permitiría ver de una manera bien distinta lo que ahora parece negro.

Enfrente, el Covirán Granada, otro equipo que se juega la supervivencia. Puntos y averaje que son como el oro. Los seis tantos de ventaja en el partido de la primera vuelta también podrían resultar vitales. Los nazaríes, que han superado bastante bien la pérdida de Joe Thomasson, son un equipo acostumbrado a moverse en este tipo de escenarios. Juegan un baloncesto construido a partir del ataque y en el que su perímetro marca normalmente su rendimiento, porque eso permite a sus jugadores grandes atacar desde las ventajas generadas. Lluís Costa, una vez más, está jugando realmente bien, y la reciente incorporación del exbreoganista Scott Bamforth les da un plus de talento y anotación en un momento en el que no se puede hacer demasiado tácticamente y, por lo tanto, un fichaje debe aportar ya desde su calidad. Jonathan Rousselle, David Kramer, Elías Valtonen y Pere Tomàs completan una buena línea exterior. Jacob Wiley, Cristiano Felicio, Kwan Cheatham, Malik Dime y David Iriarte les permiten tener un abanico de pívots y ala-pívots muy versátil y complementario con dos virtudes esenciales, la rapidez y el dinamismo.

Viene un partido de alta tensión con un ambiente infernal. Todo es posible en Granada. Toda la suerte del mundo para el Breo.