Los sindicatos clamaron en Ferrol contra la pérdida de derechos y la precariedad laboral: «Hai risco de regresión»

A. F. C. FERROL/ LA VOZ

FERROL CIUDAD

CC. OO. concentró en Ferrol los actos del 10 de Marzo, Día de la Clase Obreira Galega, en memoria de Amador Rey y Daniel Niebla, y CIG se movilizó en todas las ciudades

10 mar 2024 . Actualizado a las 18:59 h.

Amador Rey y Daniel Niebla, dos operarios de la antigua Bazán, fallecieron tiroteados por la policía el 10 de marzo de 1972 en Ferrol, cuando participaban en una manifestación del sector naval en demanda de un convenio colectivo. Aquella fatídica fecha se convirtió en el Día da Clase Obreira Galega. Han transcurrido 52 años y las movilizaciones del 10 de Marzo siguen girando en torno a la figura de estos dos militantes de Comisiones Obreras, que en 1972 operaba en la clandestinidad. El movimiento sindical acudió nuevamente dividido a esta jornada. Al pie del monumento que simboliza la lucha obrera se celebraron dos ofrendas florales. A la primera, impulsada por CC. OO., asistieron los portavoces de los grupos municipales y el alcalde, el popular José Manuel Rey Varela.

El regidor aludió «á necesidade de apostar polo desenvolvemento tecnolóxico e de aproveitar as oportunidades que se presentan ao sector industrial no ámbito internacional e, nomeadamente, no naval». «Ferrol non pode perder oportunidades de ningún tipo», recalcó, antes de que sonara el Himno de Galicia, bajo una lluvia persistente. Media hora más tarde, era el sindicato nacionalista CIG el que depositaba flores en el monumento del 10 de Marzo, para iniciar después su marcha hacia el Cantón, a la que se sumaron 350 personas, según los organizadores. La formación nacionalista se movilizó en Ferrol y en el resto de ciudades gallegas. El responsable comarcal de la CIG, Manuel Grandal, hizo un llamamiento «á concentración do xoves, día 14, diante do edificio da Xunta, pola situación económica e industrial de As Pontes».

«Espertar conciencias»

Grandal evocó a Amador y Daniel, en lo que calificó como «un exercicio democrático e de espertar conciencias, fronte á amnesia, que levaría ás políticas que van apuntando a unha regresión de dereitos adquiridos, no ámbito laboral e tamén social, como é a igualdade». Tildó de «regresivo e incomprensible» el discurso del 8M de la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, quien se preguntó «cuándo se celebra el día del hombre».

El secretario xeral de la CIG, Paulo Carril, en la primera línea de la movilización, denunció «os recortes de dereitos que impuxo a reforma laboral do 2012, que aínda non foi derrogada, o que supuxo que a maioría social veu empeorar máis aínda as súas condicións laborais e salariais».

JOSE PARDO

De Navantia partió, a las doce y media, la manifestación convocada por CC. OO., que centralizó sus protestas en Ferrol, a la que se sumó gente de A Coruña, Santiago, Lugo, Ourense o Vigo, que viajó en tres autobuses. Al finalizar el recorrido, con frío pero sin paraguas, el secretario comarcal, José Hurtado, subrayó tres grandes reivindicaciones: «Mejorar la calidad del empleo, más igualdad y fortalecer el bienestar».

«Y como sindicato de izquierdas —añadió—, queremos hablar con la Xunta para que modifique la situación en temas sociales y en la negociación colectiva». Incidió en que fue en Ferrol «donde nacieron la revolución sindical y el movimiento obrero gallego» y por eso concentran aquí los actos del 10 de Marzo. Hurtado incidió en que «hay convenios que no llegan al salario mínimo interprofesional, que acaba de subir a 1.134 euros al mes, e incluso gente que trabaja para concellos que no alcanza estas retribuciones». Crítico con las negociaciones «de despacho», defiende que «la lucha obrera hay que hacerla en la calle».

Implicar a los jóvenes

Hurtado constató la escasa participación de los jóvenes —«el 80 % de la gente que se manifestó tiene más de 50 años»— y abogó por «buscar herramientas para que se impliquen». De lo contrario, vaticina, «el sindicalismo va a seguir yendo cada día a menos». El representante de Comisiones se refirió a las dificultades para conseguir que se cumpla la legislación laboral —«la ley marca que el 10 % de la jornada ordinaria puede distribuirse de manera irregular, y ya se superan el 15 y el 20 % en muchos casos»— y de revertir renuncias pactadas en la negociación colectiva durante la pandemia: «En la mayoría de los convenios existían cláusulas de revisión salarial, que se fueron perdiendo, y no somos capaces de recuperarlas».