El textil quiere fondos europeos para crear un sello de moda sostenible

Manoli Sío Dopeso
m. sío dopeso VIGO / LA VOZ

ECONOMÍA

En la tienda de Adolfo Domínguez en Ourense extremaron las medidas de higiene
En la tienda de Adolfo Domínguez en Ourense extremaron las medidas de higiene MIGUEL VILLAR

Reciclará un 12 % de materia prima, y reducirá 500.000 toneladas de plástico

28 dic 2022 . Actualizado a las 19:21 h.

El textil, la confección y el calzado empleaban al cierre del 2020 a 126.594 personas en toda España, un 7,8 % menos que el año anterior. Con el estallido del coronavirus en España y la declaración del estado de alarma, el sector comenzó a destruir empleo con descensos interanuales que llegaron al 15,9 % en julio junio, hasta acabar el ejercicio con un récord de 10.764 puestos de trabajo destruidos. Solo en Galicia, el sector ha perdido más de 8.500 millones de euros en el año de la pandemia, con retrocesos en todos los mercados internacionales a los que exporta, excepto Polonia; y pérdidas de facturación del 40 % en España.

La tendencia negativa continúa en este primer trimestre del año, marcado por la quiebra de empresas emblemáticas como Sybilla, Forecast, Normandie o la gallega Pili Carrera. Recuperarse de este duro golpe llevará tiempo, pero la industria de la moda ha trazado un plan para entrar en el reparto de los fondos europeos de recuperación (140.000 millones destinados a España). El documento de Manifestación de Interés (MDI), presentado ya en el Ministerio de Industria, Comercio y Turismo, ha contado con la participación activa del grupo Inditex y de las empresas del sector agrupadas en Cointega, la patronal gallega del sector, además de las principales organizaciones del textil y calzado de España.

En él, la industria de la moda encauza una recuperación basada en la sostenibilidad, una palabra clave a la hora de pasar el filtro en el reparto de los fondos europeos. El modelo de futuro que trazan las empresas dibuja un escenario de economía circular, renovado tecnológicamente y volcado en la descarbonización, el aprovechamiento de los recursos y la producción duradera, dejando atrás las frivolidades de la moda del low cost, de usar y tirar. Para todo eso, hará falta dinero, porque los objetivos planteados son ambiciosos. Otra de sus metas pasa por la eliminación de desperdicio del proceso productivo (12 % del material) y su conversión en materia prima secundaria; y la reducción de la liberación de 500.000 toneladas de microplásticos.

La estrategia incluye un recorte del consumo de petróleo y de fuentes de energía que no sean renovables; la reducción del uso de contaminantes y la disminución del consumo de agua y recursos naturales. La logística es otro de los puntos fuertes del sector textil del futuro, que también pide fondos europeos para poner en marcha un sistema de trazabilidad que acabe con la impresión sobre cada prenda de un sello «Eco» a modo de pasaporte de sostenibilidad. Será la marca de calidad que distinga el producto de cara al consumidor. Ese compromiso con la sostenibilidad irá acompañado de una nueva filosofía de mercado, que defiende la idea de incrementar el uso que se le da a las prendas, un uso que, según datos del sector ha disminuido un 36 % en los últimos 15 años como consecuencia de la generalización del modelo de fast fashion, o de consumo rápido. «La industria quiere volver a ajustar modelos de negocio a tipos de clientes y a poner en valor una oferta más personalizada», dicen los empresarios del textil.

Un sector en sintonía con el proyecto de una fábrica de fibras textiles

Al calor de los fondos europeos, la Xunta de Galicia busca movilizar más de 1.100 millones de euros para impulsar una factoría que será capaz de elaborar hasta 200.000 toneladas anuales de viscosa, una fibra textil que se obtiene de la madera. La planta tendrá una capacidad de 150.000-200.000 toneladas anuales y «contará con los más altos estándares de sostenibilidad, impulso a los servicios ecosistémicos que aportan los bosques a la sociedad y con tecnología puntera», dice la Xunta. La cifra de inversión programada para el proyecto sería de 1.140 millones de euros, gracias a la colaboración público-privada.