La pandemia acaba con Pili Carrera, la textil gallega que vistió a hijos de reyes

Manoli Sío Dopeso
m. sío dopeso VIGO / LA VOZ

ECONOMÍA

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pili carrera XOAN CARLOS GIL

Anuncia a la plantilla la liquidación tras 58 años cosiendo

02 nov 2022 . Actualizado a las 18:51 h.

«Es imposible sacar adelante un plan de viabilidad cuando no hay ingresos». Con este argumento demoledor, Pili Carrera comunicaba ayer a sus trabajadores que no hay alternativa: la dirección presentará en el juzgado un expediente de liquidación para todo el grupo. El golpe de la pandemia ha sido de tal magnitud que se ha llevado por delante toda posibilidad de seguir adelante porque, además, atacó en el peor momento, cuando la textil trataba de salir adelante, tras superar en el 2019 un concurso de acreedores. Fue poco después de que la firma de moda infantil fundada en 1963 por Bienvenido Carrera y María Pilar Rodríguez culminara el proceso de relevo generacional, convertida en una sociedad limitada administrada y dirigida por la hija del matrimonio fundador y también diseñadora, Salomé Carrera Rodríguez. Su toma de control coincidió con la crisis de la firma, con una estructura de producción sobredimensionada para un mercado imparablemente a la baja.nFue un duro reto que la sucesora consiguió superar en tiempo récord, aunque con muchas dificultades. La empresa de moda infantil se acogió a un concurso voluntario de acreedores en septiembre del 2018 y salió con una quita de la mitad de la deuda (poco más de 5 millones) y un plan de viabilidad que incluía un recorte del 30 % de la producción y 39 despidos.

Si algo dejó claro en su momento el concurso fue que el problema de Pili Carrera se produjo como consecuencia de un frenazo del mercado cuando la compañía había completado un fuerte proceso de crecimiento. Dicho de otra forma, lo que ocurrió fue una «no adaptación de la producción a la demanda real». Las cifras de pérdida de mercado hablaban por sí solas. Según la información que aportó al juzgado, la textil pasó de facturar once millones de euros en el 2007 a apenas siete en el 2017. Con la salida del concurso y la dura reestructuración, las cosas tenían que ir a mejor. La compañía en manos de Salomé Carrera debía enderezarse. Pero llegó la pandemia, el cierre de tiendas, el desplome del consumo de trajes de ceremonia y fiesta (una de las grandes especialidades de la firma gallega, que ha llegado a vestir a infantes de la realeza de toda Europa). Y la textil familiar, que tiene presencia en 16 países y 800 puntos venta (dato del 2018) se vio obligada a decir ayer al medio centenar de trabajadores de la sede central y tiendas que se acabó. El intento de buscar socio no fructificó.

¿Qué pasará ahora? Fuentes del comité de empresa confían en celebrar la próxima semana una reunión con el administrador concursal que quede al cargo de la compañía, una vez que esta presente el expediente de liquidación. La dirección de Pili Carrera reconoció ayer a los empleados que las nóminas de enero han sido las últimas a las que ha podido hacer frente, por lo que lo previsible es que la declaración de quiebra vaya acompañada de un ERE de extinción para toda la plantilla.Desde el comité se apelaba ayer a la intervención de la Administración gallega, para buscar inversores dentro del sector que se hagan con la unidad productiva íntegra y echen mano de una plantilla altamente cualificada.