Un primer año de mandato local aún sin finalizar pero pleno de convulsión

Javier Benito
javier benito LALÍN / LA VOZ

SILLEDA

Miguel souto

A Estrada y Silleda estrenaron nuevos alcaldes, con otras renuncias de concejales en ambos municipios, que coparon el principal protagonismo

05 may 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

Quién lo diría después de que los votantes ejerciesen en las urnas su derecho a elegir a sus nuevos representantes en las corporaciones de Deza y Tabeirós-Terra de Montes aquel tan lejano como próximo 28 de mayo del 2023. Lejano porque parece que hace más tiempo que ocurrió todo dada la cascada de novedades que se generaron en la vida local en menos de un año. Cercano porque aún restan movimientos por completar en ese devenir sin pausa. Y todo a expensas de que pueda haber más sorpresas. Queda por ver si esa sintonía creciente entre el alcalde de Lalín, José Crespo (PP), y el líder de la oposición, Rafael Cuíña (CxL), se traduce en un acercamiento también en Santiago con el regreso del hijo del exconselleiro al partido.

Pero vayamos por partes y, quizás, de mayor a menor relevancia. Cuando no consumimos aún ni la cuarta parte de este mandato, que se prolongará hasta mayo del 2027, ya hubo dos cambios de alcalde. Si echamos la vista atrás nunca en tan corto período de tiempo hubo una situación similar en las comarcas. El primer movimiento nos lleva a poner el foco en Silleda, donde el PSOE perdía su mayoría absoluta. Lograron la investidura con el apoyo del BNG pero se pudo constatar que la relación nacía tocada por enfrentamientos del pasado con la abrupta salida de Matías R. da Torre del gobierno y con los nacionalistas dispuestos a presionar desde el inicio.

«Dimisión» de Cuíña

El primer escollo, los salarios en el seno del gobierno local trasdezano, generó tensiones que incluso llegaron hasta Santiago. Un tira y afloja donde el BNG mantuvo firme sus posiciones sin que el PSOE lograse con sus propuestas alternativas convencerles para cambiar de opinión. Llegaba el pasado julio la «dimisión» del regidor, Manuel Cuíña, retirada sobre la bocina al no haberse refrendado su escrito de renuncia en pleno. Eso sí, los sueldos no fueron los propuestos de inicio por los socialistas.

Después llegaría la opción de una salida para un tocado Manuel Cuíña, que figuró en las listas del PSOE a las elecciones autonómicas del pasado febrero por la provincia de Pontevedra. Quizás esperaba que la dirección del partido premiase con un puesto de salida sus 17 años de dedicación a la política en el seno socialista, pero ocupó el sexto lugar. Tuvo que renunciar al cargo de regidor el pasado enero al ser incompatible con figurar en la candidatura al Parlamento de Galicia, donde no logró entrar y ahora está alejado de la política activa. Fue sustituido por Manuel Requeijo, para después darse otro movimiento más en el gobierno socialista, al irse por motivos personales Jesús Taboada, entrando en su lugar Asunción García.

Después de un tiempo de reflexión, de idas o venidas sobre quién debería tomar el bastón de mando en Silleda, cuando la lógica podía llevar a que la segunda de a bordo, la teniente de alcalde Mónica González podría ser la indicada, se optó por el regreso a ese cargo de Paula Fernández. El 22 de enero tomaba posesión con regidora bajo el mantra de «queremos demostrar que Silleda quere, pode e debe medrar». Ya pudo comprobar que tampoco lo tendrá fácil, con el rechazo de PP y BNG hasta en dos ocasiones a su pretensión de solicitar un préstamo para pagar obras.

Un trasvase tranquilo

El otro bastón de mando que cambió de manos nos lleva hasta A Estrada. Pero las circunstancias son muy diferentes a las de Silleda, aunque también con las elecciones autonómicas como telón de fondo. Alfonso Rueda decidió incorporar a su gabinete tras revalidar la mayoría absoluta en la Xunta al ya exregidor estradense, José López, que había estado ya días antes en las quinielas. Tras aceptar ponerse al frente de la Consellería de Cultura, Lingua e Xuventude tocaba un relevo exprés para evitar un vacío en la gestión. Sonaron algunos nombres, incluso rocambolescas opciones al estilo Rodeiro para aupar a Valentín García a ese puesto, pero finalmente se optó por una solución de presente pero sobre todo de futuro.

Gonzalo Louzao fue el escogido para sustituir a José López como alcalde, cargo que asume con tan solo 30 años. Sonó Juan Constenla, pero decidió mantener ese binomio de años con López renunciando a su acta de concejal para ir al gabinete del conselleiro. Y se habló de Amalia Goldar, pero será Louzao quien pilote A Estrada lo que resta de mandato y ya anunció que será cabeza de lista en el 2027. Tomaba posesión el 20 de abril y está inmerso en la reorganización del gobierno local donde ya entró Jessica Rodríguez por López y lo hará pronto José Conde por Constenla.

Mayor peso de las comarcas en otras instituciones

Otro hecho significativo si analizamos la política local lleva a corroborar el mayo peso de las comarcas en otras Administraciones. Destaca la presidencia de la Diputación en manos de Luis López, institución donde también figuran en el gobierno tanto Belén Cachafeiro como Jorge Cubela. En Santiago se repite ese mayor protagonismo, con dos conselleiros de la zona, por encima de la representatividad incluso de alguna provincia. Hablamos de Román Rodríguez (Educación) y José López (Cultura), sin olvidar otros cargos relevantes como los de Juan Carlos Reboredo, Valentín García y José Balseiros. Y en Madrid está José Crespo de senador y Paula Fernández como diputada.

La jugada en Rodeiro para aupar a Luis López a la presidencia de la Diputación

La jugada política que todavía está en boca de todos para este mandato nos lleva a Rodeiro. El PP perdía la mayoría absoluta, asumiendo el gobierno el bipartito PSOE-Unidade por Rodeiro (UxR). Hasta ahí algo que puede ocurrir en cualquier votación, quizás más explicable por la tardanza de los populares en elegir candidata en este caso, Cati Somoza, después de que Luis López hubiese dejado la alcaldía para ser delegado provincial de la Xunta en Pontevedra. Pero en el seno de su partido le consideraban la persona idónea para presidir la Diputación, tras aportar su granito de arena —muchos más bien— para arrebatar la institución al bipartito PSOE-BNG.

Pero Luis López debía ser concejal para optar a la presidencia del gobierno provincial. ¿Qué hacer? La solución llegó con la renuncia a tomar posesión de su acta de Rubén Quintiá, el exregidor que lamentablemente fallecía meses después, y correr toda la lista ya que López era suplente. Logró el apoyo de todos sus compañeros y ahora forma parte de la corporación de Rodeiro, además de dirigir los designios de la Diputación.

Cambio en Vila de Cruces

Donde también hubo una marcha fue en la corporación de Vila de Cruces. La concejala de Xuntos polo noso Concello, Bárbara Penas, dejaba su puesto en octubre en el gobierno local, sustituida por Ramón Silva Vilariño. No hubo cambios en las corporaciones de Lalín, Agolada, Dozón y Cerdedo-Cotobade.

La salida de Rafael Fiestras del equipo de gobierno dinamita los acuerdos

En Forcarei no salió ni entró ningún concejal en la corporación pero sin duda copa protagonismo en este primer año. Recuerden que PSOE y BNG repetían pacto de gobierno, incluso integrándose el edil nacionalista en el equipo, lo que no había ocurrido en el 2019. Todo parecía atisbar un mandato más plácido para la socialista Verónica Pichel. Nada más alejado de la realidad. Todo quedó dinamitado cuando Rafael Fiestras, que concurrió como independiente en la lista del PSOE, terminó por ser expulsado pero decidió mantener su acta de concejal, integrándose en el grupo de no adscritos. Incluso llegó a acusar en septiembre a la regidora de coaccionarlo para que aprobase los sueldos, caballo de batalla de su salida. Desde entonces hace pinza en muchos plenos al votar con el PP.