Tres lustros desde que el Párking Europa de Lalín se salvó de la piqueta

Javier Benito
javier benito LALÍN / LA VOZ

LALÍN

miguel souto

El Juzgado admitió a finales de marzo del 2009 el recurso del Concello para legalizar las instalación, que vivió aún años de montaña rusa

20 abr 2024 . Actualizado a las 21:31 h.

Cuando Lalín soñaba con escalar posiciones en el ránking poblacional en Galicia, cuando nadie soñaba con el crac económico del 2008 y el desarrollo urbanístico florecía como margaritas en primavera, se buscaban soluciones a la falta de espacio para estacionar vehículos en la localidad. Incluso el gobierno local, por entonces como ahora con José Crespo al frente, evaluó la posibilidad de construir dos aparcamientos subterráneos en la capital dezana. Al final se truncó el barajado para el entorno de la plaza de abastos y salió adelante el bautizado como Párking Europa, aunque por el momento de forma oficial y tras cambiar el nombre el cuatripartito, se denomina Aldea Grande.

El proyecto ya comenzó con el pie torcido y desde el arranque de las obras. Propietarios del área de reparto 25, próxima a la calle Calzada, presentaban un primer recurso contencioso-administrativo presentado ante el Tribunal Superior de Xustiza de Galicia demandando la paralización de los trabajos, en enero del 2004, al entender que se perjudicaban bajos de su propiedad y que la estructura del párking sobrepasaba más de un metro la rasante. Todo siguió adelante, en la vía judicial y en la constructiva, para terminar por inaugurarse el aparcamiento subterráneo en febrero del 2004, hace poco más de dos décadas, con gestión a cargo de una concesionaria, Portas y Acuña.

La primera apertura del párking no desanimó a los propietarios de ese área de reparto, que continuaron litigando en defensa de sus intereses. Y conseguían al final una resolución favorable, con una sentencia que consideraba ilegal la obra tal como había sido ejecutada. Un periplo de cinco años surcado de recursos, apelaciones,... ríos y ríos de tinta y papel, que supone una ingente búsqueda en la hemeroteca. Pero un momento crucial llegaba hace ahora tres lustros, o lo que es lo mismo, quince años. En aquel momento el Xulgado do Contencioso-Administrativo número 1 de Pontevedra admitía a trámite la propuesta presentada por el Concello de Lalín para legalizar el Párking Europa.

Un balón de oxígeno que paralizaba la orden de derribo y permitía acometer un proyecto de adecuación de las instalaciones al PXOM, con una reducción del exceso edificatorio de 1.166,72 meros cuadrados construidos respecto a la permitido en el planeamiento, así como un exceso de otros 172,38 metros respecto a la ocupación máxima sobre rasante permitida para el uso de aparcamiento en superficie. Había que suprimir la concha acústica de la Praza Europa, además de reducir las dimensiones de este espacio, así como la reducción de las plazas de aparcamiento y la rebaja en altura de un transformador eléctrico.

Nuevos frentes surgían en ese momento, como quién asumiría el coste de la legalización, si el Concello o la concesionaria del párking con una prórroga de años de contrato. También con la familia litigante que no se conformó con ese proyecto de legalización, exigiendo en el TSXG el cumplimiento de la sentencia de demolición. Todo ello llevó a que en octubre del 2009 se ordenase la clausura del Párking Europa. Al final las obras se llegaron a ejecutar pero estallaba otro conflicto, en este caso con la concesionaria de las instalaciones. Todo ello después de haberse invertido más de 400.000 euros para asumir las órdenes judiciales que permitirán adaptar ese espacio al PXOM.

Con Portas y Acuña se abría otro frente de litigios judiciales que mantuvieron durante años cerrado el párking. La empresa pedía 6 millones de euros al Concello por desembarazarse del aparcamiento. El cambio del gobierno, con la llegada del entonces aún tripartito liderado por Rafael Cuíña (CxL) posibilitó cerrar el tira y afloja, con recorte en el coste para las arcas municipales sobre la negociación en marcha. La firma retiró el contencioso judicial en octubre del 2015, previo acuerdo plenario para aquirir el párking, por 2,9 millones de euros. Aún tardó en reabrir, en diciembre del 2016.

Sin control para la rotación de coches, problemas con el agua y nuevo acceso

El Párking Europa está pidiendo a gritos un poco de mimo municipal. Ya de entrada para solventar agravios comparativos, al estar el cajero fuera de servicio hace tiempo. Una anomalía que supone de hecho que los vehículos puedan eternizarse en el interior, al no tener que pagar —es gratuito las primeras 24 horas según la ordenanza, pero a partir de ese momento se cobra—, sin la rotación que se buscaba para favorecer al comercio. Y tocaría preguntar además que les parece a los abonados, a 30 euros mensuales, que haya quien entre y salga de rositas.

A esa situación anómala se suman problemas con suelo resbaladizo y acumulación de agua, que más de un susto provoca en los conductores si van despistados o a una velocidad ligeramente superior a la obligatoria. Toda apunta a que los días de lluvia se genera este contratiempo, como ocurría la pasada semana y se refleja en una de las fotografías, señaliza la zona conflictiva con un indicador de suelo resbaladizo.

Toca hablar además de las dificultades para acceder a las plazas abiertas, no reservadas a abonados, que obligan a transitar más de lo que gustaría a los conductores por las plantas del Párking Europa. Ya sin hablar que la previsión de abrir un nuevo acceso a las instalaciones desde la calle Z, para que los abonados dispongan en exclusiva de la primera planta, puede dilatarse en el tiempo por el coste económico que suponen las obras.