La «Kachuka Fest» atrajo a 3.000 forofos al Arena

j. benito / R. ramos LALÍN / LA VOZ

LALÍN

La Gala do Cocido hizo vibrar a un público entregado con Rozalén, Vicco y Nil Moliner

03 feb 2024 . Actualizado a las 17:05 h.

La Gala do Cocido, en ese Luar especial de la Televisión de Galicia reconvertido ayer en una Kachucha Fest, dejó pequeño el Lalín Arena. Hora y media antes de arrancar el programa el público ya llenaba gradas y cancha, con una zona especial este año para estar de pie y bailar la noche entera. Sobre 3.000 forofos de un espectáculo que aúna la música con la entrega de los Premios de Gastronomía de Galicia y Álvaro Cunqueiro de periodismo. Pasión en grado superlativo, luces y sonido a todo trapo.

Una cuenta atrás de diez segundos todos en pie sirvió de preludio al arranque de la gala en directo con las bailarinas de Scene Ballet al ritmo de Rosalía. Xosé Ramón Gayoso y Esther Estévez comenzaban a conducir un espectáculo que se prolongaría tres horas. La orquesta Cinema realizaba su primer pase antes de invitar el regidor, José Crespo, a toda Galicia a la Feira do Cocido. Anunciaba un día perfecto este domingo, de sol y frío, para degustar el plato y disfrutar de la fiesta. Lo hacía antes de entregar los primeros premios, el de potenciación de la gastronomía gallega al chef Diego López, de La Molinera, y el de empresa vitivinícola a la bodega Albamar.

Subía entonces por primera vez al escenario Rozalén, que incluso se atrevió con parte del tema A virxe de Portobello, que cantó con Tanxugueiras, estando ayer arropada por Gayoso y Estévez. Os Trasnos de Doade pusieron la siguiente nota local, para tomar el relevo Bertín Osborne, con seguidores fieles en Lalín y que incluso desveló que lleva más de un año y medio que no cena.

No faltaron anécdotas como un fallo al pincharse el primer tema de la orquesta Panorama, obligando a parar e improvisar a los presentadores. Vicco elevaba la intensidad, que creció con otro de los artistas con más fans, Nil Moliner. Libertad fue la canción y en primera fila Alberto, un joven con parálisis cerebral que admira al cantante y se sabe de memoria la letra. Logró cumplir su sueño de verlo actuar, mientras las luces de los móviles iluminaban el pabellón y todo el público cantaba en el directo de Moliner.

A ese emotivo momento se sumaron otros muchos en una gala donde se fueron sucediendo las canciones, los premios y los bailes, de grandes y pequeños, sin importar edades. Hasta un bebé en brazos de su madre con los ojos como platos.