Deportivo: Marear la bola no da puntos

Xurxo Fernández Fernández
Xurxo Fernández A CORUÑA / LA VOZ

TORRE DE MARATHÓN

El mejor Dépor coincidió con el peor porcentaje de posesión de la temporada

21 oct 2014 . Actualizado a las 09:55 h.

El nuevo Dépor, el del 3-0 al Valencia, marcó diferencias intangibles más allá del resultado. Las estadísticas del encuentro apenas distan de la media de la temporada (tomando como referencia los guarismos recogidos por la LFP). No hubo, por ejemplo, más tiros a puerta que en la debacle de Sevilla y el porcentaje de pases acertados fue inferior al del Pizjuán.

Entre la multitud de datos sobre la última cita, uno ayuda especialmente a definir el nuevo modelo: el de la posesión. En Riazor la bola fue del visitante, que la retuvo casi un 60% del tiempo que pasó sobre el césped. Cifra solo similar a la arrojada tras la humillante derrota frente al Real Madrid.

Menos pases

Fútbol vertical, con rápidas transiciones

Después de una larga racha de partidos sin que el Dépor lograra encontrarse, Víctor Fernández tomó el molde de Ipurúa, revolucionó el once y dio con la propuesta idónea. En la anterior victoria blanquiazul (la otra) el porcentaje de posesión no llegó al 42%. Contra el Granada, el Rayo y el Celta, superó el 47 y el Almería fue el único adversario al que los coruñeses en tiempo con la pelota en su poder.

Frente al Valencia, el cuero se movió rápido y casi siempre en vertical. El entonces colista juntó las líneas en su mitad de cancha para que sus cuatro hombres de ataque salieran veloces a la contra. Las transiciones ofensivas fueron tan breves que el Deportivo solo realizó 307 pases durante los 90 minutos. En Sevilla, por ejemplo, fueron 410. La cantidad vuelve a hermanar el duelo del domingo con el del Eibar (317).

Más remate

El segundo duelo con más ocasiones, tras el del Madrid

La gran diferencia estadística entre las dos victorias de esta campaña está en la cantidad de ocasiones generadas por los de Víctor. Si la visita a tierras vascas finalizó con cuatro remates, y uno solo entre los tres palos, en Riazor hubo cinco que encontraron el marco de Yoel, otros tantos se perdieron fuera y uno más se estrelló en la madera. Producción solo superada el día del 2-8, cuando el conjunto dirigido por Carlo Ancelotti impuso su tremenda pegada: rentabilizó casi la mitad de sus 19 intentos, mientras que el Dépor desperdició doce de sus catorce (apenas cinco fueron a portería).

Agresividad recuperada

Faltas para frenar el juego del adversario

El recién ascendido concluyó el estreno de temporada en Los Cármenes convertido en el equipo más duro del campeonato, con 26 faltas. No ha vuelto a acercarse a esa cifra, pero siempre rondó la veintena de infracciones. Salvo el día de la severa derrota ante los del Bernabéu y el del bochorno de Sevilla, cerrados con ocho y diez, respectivamente. El pasado domingo recuperó la agresividad y cometió 19, las mismas que el Valencia. Fue una dureza gremial y José Rodríguez acabó liderando este apartado: le pitaron tres faltas en apenas un cuarto de hora.

Sacrificio colectivo

Medunjanin, volvió a ser el que más balones recuperó

La intensidad defensiva facilitó 49 recuperaciones de balón. Una faceta en la que destacó una vez más Medunjanin, por sexto partido en lo que va de temporada -Luisinho marcó el récord del plantel con sus 10 robos frente al Celta-. El bosnio le birló nueve bolas a los hombres de Nuno, mientras que Toché fue el único futbolista blanquiazul que no se estrenó en este terreno. En el de las pérdidas destacó Cuenca con 11.

A Fariña le quitaron dos del pie, porque pese al férreo (y hostil) marcaje al que fue sometido el argentino, los rivales no lograron interceptar ninguno de sus pases. Los 29 que dio -Medunjanin también fue aquí protagonista, con 37- encontraron a algún compañero.

Doble pivote de nivel

Wilk destacó en casi todos los apartados estadísticos

Los hombres del centro del campo ejemplificaron el resurgir blanquiazul. Haris lideró varios apartados estadísticos, como el de kilómetros recorridos. Llegó a los once kilómetros y medio; cien metros más de los que acumuló su compañero en el doble pivote. Wilk fue el que más entradas hizo (7), cometió tantas infracciones como José Rodríguez y rozó el 84% de acierto en los pases -Medunjanin, que fue el que más dio, alcanzó el 92%-.

La trascendencia del polaco en el juego se reflejó también en el atosigamiento al que le sometió el rival. Fue, junto a Juanfran, el futbolista que más faltas recibió de los 28 que saltaron al césped de Riazor.