Augusta se convierte en una prueba de supervivencia

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Mike Blake | REUTERS

Scheffler y Homa se unen a DeChambeau al frente de un Masters agitado por las rachas de viento

13 abr 2024 . Actualizado a las 02:17 h.

Bajo la estampa soleada de la primaveera de Georgia, el Masters escondió este viernes su cara más diabólica. Rachas de viento por encima de los 70 kilómetros por hora, greenes duros, condiciones difíciles. Tan complicada se convirtió la segunda jornada, que la media de golpes rondó los 76 (cuatro sobre par), uno de los promedios más altos de una segunda jornada del Masters. En esa prueba de supervivencia, el número uno del mundo, Scottie Scheffler (par en el día), y Max Homa (-1) se unieron a Bryson DeChambeau (+1) en el liderato, los tres con -6 en el acumulado (Movistar Golf, el sábado y el domingo, a las 18.00, y Movistar Golf 2, el sábado, 21.00, y el domingo, 20.00).

Condiciones tan cambiantes, con ráfagas que variaban la situación de cada calle en unos segundos, desquiciaron a algunos jugadores, en un festival de errores en el que el objetivo, más que acertar, era no equivocarse.

Dos jugadores españoles siguen en el torneo. A medida que la jornada se complicaba, iban aumentando las opciones de continuar para Chema Olazábal, más por su ronda de este viernes (73) que por la del jueves (77), para totalizar +6. Luego hizo las maletas Sergio García, (72+79), con siete golpes sobre el par. Y por último, a Jon Rahm le tocó salvar la plaza en el fin de semana, después de 17 grand slams seguidos en los que había superado el corte. Aún así, con +5, el defensor del título parece descartado para pelear por la victoria.

La dignidad de Tiger Woods y sus 24 cortes seguidos

Cuando Tiger Woods recoja sus cosas este domingo por la tarde en Augusta National, el resultado final no será uno más, probablemente sea uno de los más discretos de sus 26 visitas a uno de sus campos preferidos. Pero con un cuerpo machacado por una decena de operaciones de espalda y de rodilla —dos de las zonas más sensibles para un jugador de golf— y el accidente de tráfico que le sometió a múltiples operaciones para la reconstrucción de su pierna derecha, ofreció una lección de dignidad.

A sus 48 años, Tiger ha conseguido, poco a poco, ser algo más competitivo, aún consciente de la dificultad que entraña ganar siquiera un título más. Y lo logró como toda la vida, a base de un esfuerzo descomunal, y una tolerancia al dolor al alcance de muy pocos jugadores. Ya no cojea como antes, pero las cámaras le captaron este viernes doliéndose de la zona lumbar, aplicándose un aerosol en la espalda, mientras trataba de concentrarse en el juego. El viernes resultó maratoniano para el ganador de 15 grand slams, al tener que completar los cinco hoyos pendientes de la primera ronda (con un 73 total) y los 18 de la segunda (con un 72, al par) para totalizar +1. Vigésimo segundo, fue superior a varias estrellas del momento.

Logró además, otro hito, al encadenar su corte número 24 pasado de forma consecutiva en Augusta. Totaliza cinco títulos, ocho top-3, 12 top-10 y 18 top-25 en el Masters.