«No fui un estudiante de muy buenas notas y estaba metido en todos los fregados», confesó Diego González Rivas en su conferencia más personal. Ver cómo su madre enfermera hacía feliz a la gente le empujó a estudiar Medicina
29 dic 2023 . Actualizado a las 05:00 h.El espacio Arty, en el Bulevar do Papagaio de A Coruña, acogió este jueves una sesión de As charlas do Xerión!, un «encuentro exclusivo», anunciaba la organización, con el cirujano coruñés más internacional: Diego González Rivas. Entre vuelo y vuelo recorriendo el mundo, fue el invitado especial aprovechando que estaba en casa para pasar la Navidad en familia.
El doctor, que ha llevado su innovadora técnica quirúrgica a 133 países, compartió no solo los entresijos del método Uniportal que ideó en el 2010 y que ha cambiado la forma de operar el pulmón, sino otras facetas menos conocidas de su vida. En una charla «íntima», habló de cómo su infancia y adolescencia influyeron decisivamente en quién es hoy. «No era un estudiante de muy buenas notas, era muy rebelde y estaba metido en todos los fregados», confesó para sorpresa del auditorio sobre su etapa escolar en el Obradoiro. Sin embargo, «enderecé a tiempo porque encontré una motivación». Insistió en la clave de que cada uno dé con su aliciente, como le sucedió a él con la medicina.
Aunque de niño «iba para cómico y grababa cintas con chistes porque me gustaba que la gente se riese», explicó, ya en la adolescencia enfocó su destino hacia la cirugía. «Quise ser médico porque mi madre era enfermera y veía que con su trabajo en el hospital generaba felicidad, y eso era lo que yo quería», recalcó. Al principio, no perdonaba sus vacaciones para aficiones como el surf, pero hoy no concibe estar tres días sin entrar en un quirófano. «Es lo que me hace feliz», recalcó el cirujano por el mundo que sigue sumando retos innovadores. En abril pondrá en marcha en Ghana y Benín otra misión especial: la primera unidad móvil del mundo de cirugía mínimamente invasiva.